Daniel Pi
@BastionBoxeo
Prácticamente todos los deportes tienen que aprender a sobrellevar tediosos parones en los que la actividad se detiene durante meses, pero la excepción a ello son los deportes de lucha, que mantienen un calendario sin a penas pausas. De ese modo se puede ver que, habitualmente, desde los primeros días de enero hasta las veladas japonesas del 31 de diciembre, la actividad boxística no deja ni una sola semana en blanco, con múltiples carteles en todo el mundo. Por ello, el parón drástico y radical que el pugilismo ha experimentado en estos meses ha resultado tan anómalo y, consecuentemente, doloroso para los aficionados.
Con todo, esto está a unos días de cambiar, ya que, precedido de una velada menor, el próximo martes tendrá lugar un evento organizado por la promotora Top Rank que incluirá seis combates de cierta calidad, hito que no será meramente simbólico, puesto que la compañía dirigida por Bob Arum ha mostrado ya el calendario inmediato para su empresa, que ofrecerá dos eventos por semana durante este mes de junio.
Otras compañías menores del resto del mundo han anunciado también el reinicio de la actividad durante junio y, ya en julio, podremos ver los primeros carteles de Matchroom Boxing y Golden Boy Promotions. Sin duda, el regreso no será tan sencillo para las empresas que, a diferencia de estas y de su ingente poder, tienen que hacer malabares para cuadrar sus cuentas ni para las que, pese a tener rendimientos consistentes, dependen casi enteramente de la taquilla para su éxito.
En el caso concreto de España, hasta que el límite de aforo no sea diluido, o al menos relajado, la situación todavía podría deparar varias semanas de inactividad, dado que las promotoras difícilmente podrán permitirse las cargas que les supondrían organizar de forma sostenida eventos sin tener un decidido respaldo televisivo y con la mera esperanza de un apoyo en PPV, cuyo éxito podría ser limitado al no poder pactarse los combates deseados por el público, que requieren para acordarse el dinero que ofrece la taquilla de un recinto. Sea como sea, habiendo dejado entrever ya algunos promotores que están dispuestos a asumir ingresos modestos o, prácticamente pérdidas, con tal de dar actividad a sus estancados púgiles, es difícil no tener la esperanza de que más pronto que tarde el boxeo en España volverá también, posiblemente a partir de finales de julio y a lo largo del mes de agosto.
En cualquier caso, aunque el noble arte ocupará su lugar de nuevo en todo el mundo en su debido tiempo (obviando por el momento la posibilidad de que se vuelva a producir otro cierre deportivo en el futuro), la pregunta que se escucha ahora en la escena boxística no es sólo cuándo volverá el pugilismo, sino que cada vez resuena con más fuerza cómo lo hará.
Nos referimos con esto a los cambios que nuestro deporte podría padecer en los próximos tiempos, algunos buenos, otros malos, pero sin duda interesantes vistos desde una perspectiva histórica. Abordando primero el asunto de una manera superficial, pronto nos encontraremos con la chocante imagen de recintos vacíos con un solitario ring, aséptico en todos los sentidos de la palabra, en el que dos boxeadores harán su oficio.
Esto lo habrán podido experimentar ya los seguidores de los eventos de artes marciales mixtas, que han pronunciado veredictos de todo tipo respecto a las sensaciones que les produce esta falta de ambiente: algunos piensan que sin los gritos de admiración o preocupación de un estadio enfervorecido la lucha pierde su significado, mientras que otros consideran que el deporte se disfruta más, que al arrebatarle los artificios y el ruido y poder escuchar las respiraciones, los golpes y los gritos de las esquinas, se siente el combate de una forma mucho más vívida.
Sin embargo, mientras se debate sobre estos aspectos, muchos olvidan, otros quieren olvidar, que los cambios van a ser mucho más profundos, y estos pasan primeramente por una reducción de los ingresos para muchos boxeadores. Tanto Eddie Hearn, líder de Matchroom Boxing, como el arriba citado Arum lo han expuesto sin rodeos, manifestando el primero hace poco más de una semana:
“Bueno sé que Bob Arum ha dejado bastante claro públicamente que su intención es, realmente, reducir las bolsas de los boxeadores. Y tengo que decir que las bolsas se han ido completamente fuera de control, y escucha, en parte es culpa mía y de DAZN. Ellos tenían que entrar en el negocio, tenían que hacer ruido. Bob me culpó a mí. El otro día estaba hablando por teléfono con él y dijo, -Es todo culpa tuya, en cualquier caso, y antes fue de Al Haymon-”.
De todos modos, Hearn quiso aclarar que no sería una reducción de las bolsas de una forma genérica sino que se seguirían pagando elevadas sumas pero sólo por los combates que lo valiesen:
“No queremos parar de pagar bien a los luchadores, se lo merecen. Pero nos tenemos que asegurar de que sus combates aportan valor a nuestros clientes, y nuestros clientes son los grupos audiovisuales”.
En ese sentido más tarde añadió:
“Tenemos que ser más duros con los boxeadores. Necesitamos intentar erradicar las peleas de rodaje y la pelea fácil por mucho dinero. Un gran problema que todos los deportes van a tener es la competencia cuando regresen y, particularmente, al hacer los calendarios […] Eso significa que tenemos que crear las mejores peleas, el mejor calendario que podamos. Y es por eso que cuando hablo de las peleas fáciles, es el momento de enviarlas a paseo y decir -Lo siento eso no va a pasar-. Así que quieres tener una pelea más fácil o no quieres dar un paso adelante y estar en una pelea que la gente y los suscriptores quieren ver, puedes esperar. Siento que vamos más hacia el modelo de UFC ahora. Será como -Bien, esta es nuestra agenda, tú peleas con él, ¿no estás seguro?, OK no te preocupes, puedes esperar, ¿quién va ahora? Tú y tú ¿os apuntáis?- En el pasado quizás eramos demasiado débiles para decir que no, pero no podemos hacer eso más por la competitividad [del mercado]”.
Por su parte Arum, además de exponer que es necesario apoyarse más en el PPV pero reduciendo el precio de venta exponencialmente y reduciendo las ganancias garantizadas de los púgiles (compensadas si el PPV resulta exitoso), fue incluso más duro al exponerlo:
“Algunos boxeadores tienen diferentes puntos de vista y, después de que hablemos con ellos, si su punto de vista hace imposible que podamos usarlos, entonces que pase el siguiente. Nadie es indispensable en esta situación. […] Preveo que los boxeadores pelearán por un lugar en las carteleras. Si un boxeador dice -No, no quiero pelear sin audiencia, tienes que pagarme más o no peleo-, está bien. Lo respeto. Que pase el siguiente. Nadie es indispensable en este entorno. […] Si tenemos un mínimo en el contrato de un boxeador, pero hemos estado pagando dos o tres veces el mínimo en muchos casos, volvemos al mínimo y tú te ganas la bolsa. De nuevo, nadie puede forzarles a pelear y nadie puede forzar a un promotor a utilizarlos”.
En definitiva, el boxeo parece emplazarse a cambios de calado en múltiples de sus facetas que podrían llegar a modificar sus estructuras incluso en cuanto a elementos cuya continuidad se consideraba una certeza. Sea como sea, el próximo día 9 de junio se subirán al ring nombres como el campeón mundial Shakur Stevenson o la insigne boxeadora Mikaela Mayer, acompañados por prospectos como Guido Vianello, Jared Anderson y Robeisy Ramírez, pugnas de las que encontraréis una previa en los próximos días en Bastión Boxeo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario