En un inicio pareció que tras un puñado de actuaciones muy pobres, Gamboa había entrado al ring dispuesto a dar un golpe en la mesa y cambiar su situación. Así, se desplazó hábilmente y usó bien su jab y el uno-dos ante un Sosa que le perseguía pero con resultados muy limitados. Su serio boxeo, con arremetidas desde la larga con el gancho zurdo y buenos directos diestros, se imponía además por velocidad, de modo que Sosa pudo ver la amenaza de verse desbordado.
Aun así, el puertorriqueño reaccionó conectando golpes de poder curvos junto a algún recto que estremecieron a Gamboa en el segundo asalto, problemas que continuaron en el siguiente round, en el que el cubano caería pero sin recibir cuenta, considerando el árbitro que ningún golpe había sido el responsable. Igualmente, en lo que quedaba de episodio, Gamboa, aunque realizó algunas brillantes esquivas, recibió potentes golpes que lo dejaron tocado y le obligaron a agarrarse. Con todo, estos instantes de dificultades fueron puntuales dentro de la primera parte del encuentro, ya que hasta el sexto asalto “El Ciclón de Guantánamo” dominó las acciones.
Sus entradas y salidas, su habilidad natural, su rapidez y sus uno-dos-hook fueron impactando con claridad ante un Sosa que nunca se rendía en su presión pero que se tenía que conformar con esporádicos ganchos al torso y otras manos aisladas. De todos modos, desde el sexto asalto Gamboa fue a menos claramente, cosa que se agravó cuando en el séptimo episodio fue derribado con un hook de izquierda que lo alcanzó mal equilibrado. A diferencia de su adversario, Sosa sí era consistente y regular, por lo que, aunque su destreza era menor y no podía mantenerse en la distancia corta por a penas tiempo, con insistencia su trabajo de desgaste dio resultados, de modo que controló la casi totalidad de la segunda mitad. Sus golpes de poder en directo diestro o gancho de esta misma mano junto a otros puños de su repertorio, especialmente los hooks al hígado, pusieron en una situación crítica a Gamboa, que por sus descuidos defensivos se quedó repetidamente tocado, viéndose obligado a agarrarse a la desesperada constantemente durante los dos últimos episodios. Por ello, recibió el descuento de un punto.
Si se tiene en cuenta que de la primera mitad al menos un asalto mereció ir a parar a la cuenta de Sosa y que durante la segunda mitad capturó, como mínimo, cuatro, el empate debería ser un resultado plausible sin contar nada más. Pero, debiendo tener en cuenta el descuento de un punto a Gamboa y el knockdown sufrido por éste, Jason Sosa 20(15KO)-3(2)-4 pareció merecer la victoria al menos por 95-93. Con todo, en un resultado abucheado sonoramente por el público asistente, los jueces otorgaron tarjetas de 96-92, 95-93 y 94-94 para una victoria mayoritaria de Yuriorkis Gamboa 28(17KO)-2(2) que no pareció justa.
Que el juez Don Trella dé un 96-92 indica que sólo otorgó dos asaltos a Sosa, una verdadera locura que pone de manifiesto, como tantas otras veces, que los intereses de la industria siempre se ven respaldados, como por arte de magia, por cartulinas nefastas e injustificables de, en teoría, jueces imparciales. Y es que Golden Boy Promotions ha invertido erróneamente dinero en un boxeador que pasa por una gran crisis y que parece que no volverá a estar cerca del nivel que una vez tuvo, por lo que solamente con ayudas podrá evitar que su apuesta termine siendo un fracaso total. Aun así, que Gamboa pudiese evitar la derrota ante Sosa de forma cuestionable y que por la victoria pueda lograr enfrentarse a un nombre destacable a continuación, si bien permitirá a la compañía que le representa sacar algunos réditos, no podrá evitar que cuando se mida a un boxeador de la élite actual sea vencido de nuevo con claridad.
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