MGM Grand, Las Vegas, Estados Unidos
En juego el título mundial IBF del peso ligero.
El combate, cómo se podía esperar, fue una muestra de boxeo de jab. Durante la primera mitad del encuentro, y en general durante todo el combate, Vázquez mantendrá la distancia larga utilizando el jab casi exclusivamente para alcanzar a su rival. Esta táctica de jabear y desplazarse le permite anotarse los primeros asaltos, ayudado también por ocasionales 1-2 y buenas esquivas que frustran los ataques de Bey. Este por su parte respondía de la misma manera, utilizando el jab, aunque no con tanta efectividad. La falta de variedad de golpes se mantendría durante todo el combate, así como también la falta de intensidad, ya que después de un ataque casi siempre entraban en clinch. Eran contados los asaltos que ofrecían diferentes trayectorias de golpeo, como por ejemplo el cuarto, en el cual Vázquez utilizaría el hook al cuerpo de mano izquierda o el croché con esta misma mano. Los escasos golpes de poder llegaban con la derecha recta de Vázquez y con el hook de izquierda de Bey. Los silbidos del público se hacían oír por los continuos agarrones, debidos a las desmadejadas ofensivas y a la tendencia a agacharse en exceso para eludir los golpes.
Hasta el séptimo round el criticado estilo de Vázquez le permitía dominar la pelea, y si bien su forma de boxear es poco espectacular y falta de frecuencia, lo cierto es que Bey ni siquiera parecía intentar llegar con convicción. A partir del octavo asalto el norteamericano pareció reaccionar ligeramente, dejando de lado los golpes aislados y comenzando a utilizar combinaciones de hooks al cuerpo y contragolpeando. Aun así, la larga derecha directa de Vázquez seguí alcanzándole con claridad.
Cuando la campana anunció el final del doceavo episodio los espectadores rompieron en un sonoro abucheo, por la falta de actividad y espectacularidad de la pelea.
Las puntuaciones de los jueces darían una de las sorpresas de la noche, ya que con puntuaciones de 115-113, 113-115 y 109-119 (decisión dividida), Mickey Bey se proclamaba contra todo pronóstico campeón mundial. La decisión de los jueces no parece acertada: es cierto que el combate estuvo equilibrado, pero el control de la pelea fue de Vázquez. Aunque la victoria por un punto de Bey podía llegar a ser comprensible por la dificultad de puntuar algunos asaltos, el 119-109 de Robert Hoyle es simplemente ofensivo y debería suponerle una amonestación por parte de la federación.
De esta manera, ante Mickey Bey 21(10KO)-1(1)-1 se abre un abanico de posibilidades que hace unos meses nadie hubiese esperado. Deberá mejorar enormemente su capacidad ofensiva y defensiva para no perder su título en las primeras defensas.
Miguel Vázquez 34(13KO)-4 tiene la habilidad para ser de nuevo campeón mundial con facilidad, pero su falta de pegada y de agresividad siempre jugarán en su contra.
Es posible que se produzca una revancha por las condiciones de la victoria, pero sólo si ambos púgiles los piden con mucha insistencia, ya que los promotores difícilmente apostarán por un combate tan mal acogido por el público.
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