Auditorio Municipal, Tijuana, México
En juego el título vacante IBF del peso minimosca.
El dicho que afirma que un combate de zurdos es malo no se cumplió en absoluto en esta magnífica batalla. El combate fue duro desde el inicio, en el cual Mendoza salió a presionar con su hook al cuerpo y uppercut, siendo contragolpeado por los hooks a la cabeza y directos de izquierda de Hirales. Aunque "El Príncipe" García intentaba desplazarse y boxear con su jab, en seguida se dejaba llevar por la lucha en la corta distancia, donde se producían intercambios muy duros de hooks cabeza con cabeza. La intensidad era muy alta y aunque Mendoza llevaba la iniciativa y golpeaba muy bien con su hook al cuerpo, Hirales se llevaba los rounds impactando clarísimos crochés de izquierda y uppercuts acompañados de buenas esquivas.
La "Cobrita" Mendoza con su insistente golpeo abajo consiguió poner en apuros a Hirales en dos ocasiones durante el quinto
round, derribándolo en un tercer ataque. En el siguiente asalto Hirales trató de boxear, desplazándose y usando los golpes largos, pero era igualmente arrinconado por un Mendoza dispuesto a alcanzar el KO. Estaba tan dispuesto que descuidaba su defensa, recibiendo por cuatro veces un duro croché de izquierda.
Durante los siguientes asaltos Hirales, que empezaba a mostrarse tocado, intentará mantener el boxeo a distancia, pero renunciará a él en muchas ocasiones para intercambiar golpes con Mendoza, cosa que agravará su situación. Los cuatro últimos asaltos fueron una batalla desesperada, en la que un muy perjudicado Ramón García utilizaría su coraje para seguir en la lucha y llegar todavía con claridad a Mendoza. Pero las cosas se habían puesto muy mal para él, ya que había sido penalizado con un punto por un golpe debajo de la cinturilla en el sexto round y sufrió una nueva caída en el décimo. Además Mendoza contaba con la juventud, la ambición y la persistencia para vencer por KO. Aún así, este no llegó, e increíblemente Hirales continuó conectando potentes golpes que pusieron en apuros a Mendoza, e incluso le hicieron tocar la lona con el guante en el onceavo round, pero el árbitro no lo contabilizó.
Con un desesperado doceavo asalto, en el que Hirales casi fue noqueado, finalizó la contienda llegándose a la lectura de cartulinas. Estas dieron la victoria a Javier Mendoza con puntuaciones 116-109, 115-110 y 115-110, por lo que se proclamó campeón del mundo por decisión unánime.
Mendoza 22(18KO)-2(1)-1, por su estilo aguerrido y por la capacidad de evolución que tiene debido a su juventud, está llamado a realizar grandes combates, aunque no debe confiarlo todo en su pegada.
Hirales 20(12KO)-5(1)-1 ha demostrado pese a la derrota que no es un boxeador acabado como afirmaron algunos periodistas, al contrario, todavía puede dar grandes combates.
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