Ota-City General Gymnasium, Tokio, Japón.
En juego el título mundial WBA del peso minimosca.
Un aspecto a tener en cuenta en este combate fue la gran diferencia de altura y alcance a favor de Taguchi, medidas en las que aventajaba a Rossel en 13 y 15 cm (5" y 5 y media pulgadas) respectivamente, cosa que conllevó una considerable facilidad para que el púgil japonés anotase con sus golpes rectos sobre el campeón. De este modo el local utilizaba su jab y su 1-2, además de eventuales pero precisos golpes curvos, para imponer su distancia y anular el boxeo de Rossel. Aún así el habilidoso peruano conseguía, al contragolpe o cuando Taguchi cometía el error de detenerse, alcanzarlo con potentes crochés o hooks lanzados con notable peligro. Un ejemplo de ello fue un terrible hook de mano izquierda que Rossel consiguió conectar en el séptimo asalto en un cruce de ganchos, puño con el que estremeció a su adversario y que estuvo a punto de derribarlo.
Pese a este y otros golpes similares, Taguchi controló la pelea durante más de la mitad de los asaltos desplegando, una vez confiado sobre sus golpes rectos, contundentes uppercuts y hook al cuerpo. El local incluso se anotaría dos caídas, una en el octavo y otra el noveno asalto, ambas por golpe al cuerpo, aunque la segunda de estas pudo estar precipitada por un resbalón del campeón. Con todo, aunque Rossel estaba visiblemente desgastado no lo estaba mucho más que su adversario, que comenzó a mostrarse cansado en su primer combate a 12 asaltos y a ofrecer algunos descuidos defensivos y de posicionamiento que permitieron al peruano contragolpear de forma efectiva y llevarse varios de los asaltos finales.
Aún así, era tarde, y se alcanzó el final del combate con un bravo Rossel lanzando golpes hasta la conclusión. Las puntuaciones de los jueces dieron resultado de decisión unánime a favor de Ryoichi Taguchi 21(8KO)-2-1, con puntuaciones de 117-109, 116-111 y 116-110, proclamándose éste campeón mundial por primera vez, ocho años después de haber dado inicio a su carrera profesional. El boxeador japonés es efectivo y sobrio en su boxeo, algo que le ha valido además de sus numerosas victorias no caer derrotado por knockout incluso contra el terrible Naoya Inoue, y podrá mantener su cinturón por el tiempo que consiga hacer valer su distancia larga contra sus oponentes, aunque podría presentar algunas dificultades en sus defensas si enfrenta a peleadores que presionen con intensidad.
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