BodyMaker Colosseum, Osaka, Japón.
En juego los títulos mundiales WBA y WBO del peso supergallo.
Mostrando determinación para conseguir una inesperada victoria, Amagasa empezaba el combate atacando con combinaciones de crochés de mano izquierda-hooks de derecha, antes ni siquiera de que Rigondeaux hubiese podido establecer su distancia de combate, algo que no tardaría en realizar. Muy pronto Rigondeaux, boxeando desde la distancia larga, se haría con el control total del combate, pasando a la ofensiva o contragolpeando de forma terriblemente efectiva y precisa, llegando a su rival muy claramente con directo de izquierdas y croché de derechas principalmente.
Su magnífico posicionamiento de ring y sentido de la distancia le permitían a "El Chacal" compensar la muy superior envergadura y altura de su espigado adversario, al que sobrepasaba con aparente facilidad. De esta manera, del segundo al quinto asalto el dominio del púgil cubano fue muy considerable, apoyando su certero golpeo con esquivas de gran factura. Aunque ya en el quinto y posteriormente en el sexto episodio Amagasa conseguiría anotar con varias manos al cuerpo e incluso algún directo aislado, Rigondeaux se estaba imponiendo de forma muy clara, tanto que apunto estuvo de derribar al boxeador japonés con una serie de ganchos al rostro con ambas manos y directos.
La sorpresa llegaría en el séptimo asalto, cuando Rigondeaux, que giraba alrededor de Amagasa, era conectado con un directo de derecha que sorprendería y derribaría al campeón. El golpe no llevaba demasiado recorrido ni potencia por lo que el knockdown pudo estar condicionado en parte por un mal posicionamiento, pero en la reanudación Amagasa se lanzaba a por todas, y aunque el cubano se agarraba para pasar el mal momento era derribado tras encajar un duro croché de mano derecha. Un instante después de que el árbitro terminase la segunda cuenta finalizaba el round.
Esta situación que había despertado la felicidad de Amagasa y del público asistente fue sólo un breve paréntesis en la pelea, ya que Rigondeaux se haría de nuevo con el control total del combate del octavo asalto hasta el final. Boxeando con sus piernas, desplazándose y entrando desde atrás con el directo o con el croché de derechas iba anotando constantemente ante un cada vez más desgastado Amagasa, al que incluso derribaría en el décimo episodio con una serie de crochés y directos. Terminado el onceavo asalto, el equipo de Amagasa 28(19KO)-5(1)-2 optaba por el abandono debido a que su púgil presentaba dos terribles inflamaciones en el rostro, una a cada lado de la cara, que había portado durante un considerable número de asaltos, algo que merece una alabanza por la capacidad de sufrimiento del bravo japonés.
Así Guillermo "El Chacal" Rigondeaux 15(10KO)-0 defendía por cuarta vez sus cintos unificados WBO y WBA (la 6ª vez este último) y mantenía su invicto con una actuación que evidencia una vez más su gran talla técnica y habilidad boxística. Aunque este emocionante combate demuestra que el a veces aburrido boxeo del cubano puede dar brillantes peleas, también deja clara su poca capacidad de encaje, que podría suponerle una derrota antes del límite en cualquier momento como le sucedió a su compatriota Gamboa.
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