miércoles, 1 de julio de 2015

Amnat Ruenroeng - John Casimero (27/6/2015)

Hua Mark Indoor Stadium, Bangkok, Tailandia.
En juego el título mundial IBF del peso mosca.

Si el Rocky Fielding vs. Brian Vera ha sido motivo de una notable controversia por la antirreglamentaria actuación de Fielding y del árbitro Ian Jon-Lewis, la de Ruenroeng y la del árbitro Larry Doggett fue infinitamente peor, sellando ambos el que seguramente será el peor combate del año con título mundial en juego y uno de los más sucios y tramposos de los últimos años. Simplemente Ruenroeng no boxeo en casi ningún momento de los doce asaltos que se prolongó el encuentro, sino que su intención fue desde el inicio realizar el mayor número de irregularidades posibles para neutralizar a su contrincante. Las acciones fuera del reglamento por él cometidas en el desarrollo de la pelea son casi inabarcables: empujones, estirones, placajes, golpes bajos, golpes en la nuca, llaves de cuello, clinches constantes de más de 10 segundos, golpes después del tañido de final de round...Casimero llegó a ser arrojado a la lona en un mismo asalto más de tres veces, todo ello con la complicidad del árbitro que permitía estas acciones.

Es imposible que el árbitro haya podido efectuar una tan pésima actuación sin querer hacerlo a propósito. Son muchos incluso los que creen que había recibido instrucciones para no intervenir ante la montaña de trampas constantes que desplegó Ruenroeng durante toda la pelea, puesto que el tercer hombre se limitó a advertirlo en dos o tres ocasiones durante el enfrentamiento, las mismas advertencias que recibió Casimero. Sólo después de incontables irregularidades optaría por descontar un punto en el onceavo asalto al campeón, ya que éste se negó a soltar a su contrincante de un clinch aunque insistentemente se lo ordenó el árbitro.
 
Casimero fue totalmente superado por las trampas de su rival, algo no extraño, puesto que recibió fuertes llaves de estrangulación tras las cuales era lanzado sobre la lona con gran dureza e incluso en una ocasión casi arrojado fuera del ring entre la segunda y la tercera cuerda. En su repugnante actuación el tailandés Ruenroeng llegó a quedar sentado encima de su rival tumbado sobre la lona con un empujón. En lo estrictamente boxístico a penas se puede destacar nada ni merece Ruenroeng que se haga, pero se puede decir resumidamente que aprovechó sus buenas esquivas en ballesta para hacer fallar a Casimero y buscar de forma oportunista el fallo de su rival o el momento adecuado para conectar una mano de poder en directo o hook de izquierda. El local además se anotaría dos knockdowns uno por golpe en el segundo round y otro en el séptimo round a causa mayormente de un empujón. En cambio no fue contabilizada una caída a la lona de Ruenroeng por golpe de Casimero en el tercer round, habiendo sido el puño causante muy claro.


Es cierto que Casimero no realizó tampoco una pelea limpia, porque, entre otras acciones, inició el combate amagando con un saludo y golpeando con la derecha e incluso, furioso, contestó en el onceavo round los agarres de su rival con cuatro o cinco golpes bajos seguidos, realizados sin genero de dudas a propósito. Aún así la actuación de Ruenroeng 16(5KO)-0 fue infinitamente peor, mereciendo una descalificación, que debería haber llegado en el cuarto o quinto asalto de pelea a lo sumo. En cambio consiguió una victoria por decisión unánime de los jueces que le permite realizar la cuarta defensa de su cinturón IBF, en una actuación calificada por su entrenador de inteligente. Por su parte Casimero 21(13KO)-3(1), que según señala su equipo regresó a su país con un enrome dolor de cuello y de piernas, presentará una queja formal a la Federación por este horrible combate, protesta que dicho organismo debería atender para actuar de la forma más dura posible que se recoja en sus estatutos. Porque al fin y al cabo mantener un boxeador tramposo (este caso no es aislado y Ruenroeng ha realizado combates similares aunque no tan flagrantes) como campeón solo perjudica la imagen de la IBF. En cuanto al árbitro se deberá investigar a fondo cual fue la causa última de su negligencia y, sea cual sea, se le debería prohibir volver a arbitrar jamás.

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