Santander Arena, Reading, Estados Unidos. Peso Superwelter.
En el inicio de la pugna, el prospecto Szymanski, de sólo 23 años, utilizaría su sólido y lineal boxeo para, con escasa variedad, establecer un rápido y firme control de las acciones. Para ello se ayudaría de un buen control de la distancia y de una adecuada frecuencia de golpeo, que le servía para mantener neutralizado a un Campfort que se veía frenado por el jab de su rival (a veces lanzado doble o triple) del mismo modo que por un gran 1-2. Así, añadiendo a su repertorio un preciso uso de los contragolpes y algunos buenos curvos en hook zurdo o cruzado diestro cuando se acortaba la distancia, Szymanski pareció pronto encaminado hacia la victoria.
Campfort trataría, a partir del tercer asalto, de presionar con mayor intensidad, pero esto inicialmente no le dio resultados positivos, puesto que el púgil polaco utilizaría sus precisos directos a la contra para, mientras retrocedía, compensar el gancho zurdo lanzado arriba y abajo por su contrincante. Con el intento de reacción detenido, Szyamanski lanzaría un tenaz ataque en el cuarto asalto, en el cual un uppercut diestro seguido por un hook también de derecha movió a su oponente, que sería posteriormente hostigado por hooks de mano adelantada y directos. Aun así, en este momento crítico sería cuando el haitiano-estadounidense sacaría lo mejor de su boxeo, acertando claramente con rectos diestros que sorprendieron al visitante, un tanto descuidado en ese momento. Explotando esta brecha, "Silky" llegaría con repetidas derecha en el quinto asalto, anotando también un puñado de hooks (aunque de escasa potencia), algo que le llevó a recuperar la moral, llegando incluso a elevar los brazos pidiendo el apoyo del público.
De este modo se llegaría en el sexto y el séptimo asalto a un punto decisivo de la contienda, momento de intensificación de las acciones en el cual ambos intercambiarían golpes tratando de decantar definitivamente la pugna. Mientras Campfort desplegó un buen trabajo con los hooks al rostro, Szymanski buscó el contragolpe con los curvos junto a su buen 1-2, quedando los rounds igualados pero sin que el local pudiese aprovechar su recuperación. Así, Szymanski, llegada la pugna al octavo round, decidiría deliberadamente pausar el ritmo del enfrentamiento, manteniéndose algo más dinámico por el exterior del ring y escogiendo mucho sus golpes, cosa a la que se veía obligado también por el cansancio que mostraba de forma bastante evidente. En cualquier caso, la táctica del imbatido púgil incomodó y neutralizó en gran parte a Campfort, que llegado el último round sufriría inesperadamente nuevos apuros cuando fue desestabilizado por un hook de izquierda.
Tras una pausa para que Campfort pudiese recuperarse de un gancho recibido en un clinch cuando el árbitro ordenaba a ambos que se separasen, la pelea se enfrió, con los dos boxeadores ganándose los silbidos y abucheos del público por su falta de combatividad en los últimos compases. Dejando de lado este hecho, y terminado el combate, los jueces dieron la victoria unánime a Patryk Szymanski 16(9KO)-0 con cartulinas de 99-91 doble y un 98-92, que a muchos les parecieron excesivas por la buena actuación ofrecida por Campfort en un cierto número de episodios. De todos modos, si se puntúa la pugna round por round y no por impresión general, y se atiende a la claridad de golpeo, el veredicto de los jueces no parece nada inadecuado a pesar de que el meritorio empeño de Campfort 21(12KO)-3(1) debe ser destacado. Igualmente, su derrota parece incontestable y le sitúa en una posición de crisis en la que se verá alejado muchos meses de cualquier amago de acceso al mundial. Por su lado, Szymanski cumplió con lo que se le pedía y realizó un boxeo efectivo, no carente de algunos detalles de gran técnica, como algunas esquivas moviendo los hombros o ciertos contragolpes mientras se marchaba.
Con todo, no se puede sobrevalorar la actuación de este prometedor púgil que mostró de forma obvia en la segunda mitad que necesita foguearse muchísimo más antes de encarar peleas más complicadas. Es por esto que parece necesario que mejore su ritmo de combates por temporada (llevaba inactivo 9 meses antes de este choque) y que encare próximamente dos o tres peleas de características similares a la disputada ante Campfort, en las que podrá asentar su boxeo y prepararse para ostentar una condición de top 15 que no cabe duda de que alcanzará como muy tarde el próximo año.
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