San Mateo Event Center, San Mateo, Estados Unidos.
En juego el título WBO Intercontinental del peso supergallo.
Se esperaba que este enfrentamiento fuese el mejor del fin de semana y, efectivamente, fue un sensacional duelo que dejó brillantes y emocionantes rounds, además de una remontada llena de coraje. Y es que Juárez comenzó muy mal el choque, sufriendo un knockdown en el primer round. Antes de este percance, el local había arrancado muy agresivo, alcanzado a su oponente con arremetidas en hook de izquierda combinado con el directo, logrando así llevar a su rival contra las cuerdas y alcanzarlo con series de hooks. Pero Pagara, que acertaba a la contra tanto el uppercut como el hook y el cruzado, conectaría un gancho zurdo cuando Juárez lanzaba una embestida, derribándolo sobre la lona.
Después de este exitoso primer episodio llegaron los mejores momentos del púgil filipino, que realizaría entradas y salidas, acertaría con combinaciones de directos como el 2-1 y, sobre todo, haría plásticas esquivas que dejaron a su rival pegando al aire. A pesar de lo frustrantes que podían resultar estas acciones, Juárez se mostró, como siempre, inigualablemente tenaz, insistiendo en sus ofensivas hasta lograr conectar algunas buenos puños en cruces de golpes en la distancia corta y poder tomar la iniciativa, aunque Pagara, velocísimo de manos, impactaría demoledores contraataques en uppercut diestro y hook zurdo que le permitieron mantener bajo control el episodio.
Si bien Juárez había mostrado enorme peligro hasta ese momento, el visitante había controlado la pugna en líneas generales y estaba bastante por delante en las tarjetas, contando de su lado además con un knockdown, pero en el cuarto episodio se alcanzaría un obvio punto de inflexión, del mismo modo que un cambio de tendencia. La insistencia y la presión del mexicano le permitirían finalmente acertar un uppercut diestro que estremeció a Pagara, aprovechando Juárez para intensificar su hostigamiento y alcanzar a su rival con un duro hook zurdo, dejándolo posteriormente estático contra las cuerdas durante varios instantes. Así, Juárez impactaría hooks y directos que no podrían ser compensados por los buenos contraataques de mano izquierda de "Prince Albert".
Sin duda este episodio desgastó decisivamente al imbatido Pagara, aunque antes de ceder de forma definitiva todavía podría ofrecer considerable resistencia. Después de un quinto asalto que fue un resumen de la pelea hasta entonces, el filipino utilizaría la rapidez que le quedaba para caminar el ring, conectar su 1-2 y su jab e imponerse en las acciones de ese asalto, aunque Juárez cerró bien el round con terribles hooks diestros. Esto resultaría, finalmente, una advertencia de lo que sucedería en el séptimo round, cuando el local realizaría formidables e intensísimas ofensivas con uppercuts, hooks, directos y cruzados que por número casi desbordaron a un Pagara claramente mermado. Tanto fue así que, nada más dar inicio el octavo asalto, César Juárez 18(14KO)-5 lanzaría una combinación hook diestro-hook zurdo-directo que tiró a la lona a Pagara sin que éste pudiese contestar a la cuenta del árbitro.
De ese modo, Juárez lograba el mayor triunfo de toda su carrera, tanto por la forma en la que lo obtuvo (recuperándose de una caída inicial) como por el oponente tan complicado al que enfrentaba, un Pagara 26(18KO)-1 verdaderamente lleno de cualidades técnicas. Aun así, las virtudes del filipino no fueron suficientes para sobrepasar la resistencia y valentía de Juárez, a quien todo el mundo, razonadamente, infravaloró para esta pelea por su última e inesperada derrota ante Giovanni Delgado. Pero, contradiciendo todos los pronósticos, el exretador mexicano volvió a demostrar que en las grandes peleas es cuando despliega lo mejor de su boxeo, logrando ofrecer un espectacular combate (por momentos similar en parte al disputado ante Nonito Donaire) en el que consigue una victoria que le devolverá al top 15 WBO y le pondrá muy cerca de nuevo del mundial.
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