Legacy Arena, Birmingham, Estados Unidos.
Campeonato mundial WBC del peso pesado.
El primer episodio no presagió precisamente que la pelea fuese a ser demasiado disputada. Al contrario, Arreola no lanzaría manos, caminando por el exterior del ring a la vez que Wilder ejercía una ligera presión para llegar con su jab y probar con el 1-2 o el hook-directo. En el segundo round el aspirante intensificaría un poco sus acciones probando un par de veces a entrar tras su jab y a lanzar hooks en corta, aunque el dominio de Wilder se hizo todavía más evidente con su buen manejo de los rectos combinado con un buen uso de las piernas para mantener a distancia a su rival. No sería hasta el tercer asalto cuando Arreola pudo llegar con cierta contundencia con sus manos, para lo cual empujaría hacia las cuerdas a su oponente y usaría sus ganchos, especialmente al cuerpo. Con todo, en ese mismo asalto Wilder, que castigaba duramente con su jab, lo estremecería con un 1-2.
Esto sería un aviso de lo que acontecería en el cuarto episodio cuando, después de que Arreola probase de avanzar en la distancia corta mientras Wilder hacia algunas chulerías, el campeón conectaría un directo seguido por una serie de hooks que llevaron a la lona a "The Nightmare". En la reanudación, la ofensiva del monarca WBC fue casi definitiva y pudo haber llevado al árbitro a parar el choque debido al más estado de Arreola, pero el tañido de la campana de final de round alargaría algo más la contienda. Aunque el camino hacia la victoria de Wilder era evidente, con su rival desgastado y enrojecido, según se afirma "The Bronze Bomber" sufrió una lesión en su mano derecha y en su bíceps (respectivamente una fractura y un desgarro fibrilar) que le impidieron usar su directo con la máxima potencia y frecuencia.
Así, y sin que Arreola pareciese tener gran peligro en sus series de hooks pero sin que Wilder pudiese usar toda su capacidad ofensiva, el choque se prolongó unos pocos asaltos más, a la vez que los contragolpes en directo, uppercut y gancho del local seguían dándole asaltos y mermando a su rival. Finalmente, tras un séptimo round terminado con el aspirante estremecido por un jab seguido de una combinación de hooks y después de un octavo asalto en el que los 1-2 de Wilder llegaron duramente contra un Arreola que tenía el ojo izquierdo bastante cerrado, la pelea llegaría a su fin. Y es que el equipo de Arreola decidiría que no podía seguir combatiendo, obteniendo de esta forma el triunfo por abandono Deontay Wilder 37(36KO)-0 en el descanso entre el octavo y el noveno round.
Dejando de lado que tiene cierto mérito imponerse a un triple retador mundial boxeando durante varios rounds con un brazo seriamente lesionado, tampoco se debe sobrevalorar la actuación de Wilder, ya que el duelo fue tan desigualado como se esperaba y Arreola 36(31KO)-5(3)-1 no estuvo en ningún momento cercano a dar la sorpresa. Incluso cuando el visitante se mantenía en la distancia corta durante un cierto intervalo y sus puños se estrellaban contra su oponente, no parecía tener peligro alguno, permitiéndose el lujo Wilder de realizar gestos chulescos o incluso dar gritos. Por ello, todo se debería mantener más o menos igual en cuanto a la imagen que Wilder proyecta, ya que, exceptuando quizás a Szpilka, ante el que ofreció una actuación poco brillante, no se ha enfrentado durante su reinado ni a un solo rival que se pueda contar entre la élite del peso pesado. Esto debería cambiar próximamente si se cumplen las afirmaciones de Wilder y, una vez que se haya recuperado de sus lesiones, pacta un duelo de unificación, aunque teniendo en cuentas los compromisos de los demás campeones, todo parece indicar que, si la WBC sigue los pasos de la Agencia Mundial Antidopaje y no lo suspende, el retador mandatorio Alexander Povetkin podría ser su siguiente rival.
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