Barclays Center, Nueva York, Estados Unidos. Peso Pesado.
Dado que Kownacki presentaba un físico mucho menos preparado que ante Szpilka y se medía a un peso crucero reconvertido en peso pesado, inicialmente tuvo muchos problemas para contrarrestar la velocidad y movilidad de su contrincante. Esto lo intentó compensar, inadecuadamente, lanzándose con sus directos desde demasiado lejos y de forma desordenada, algo que no conllevó para él otra cosa que recibir potentes contragolpes en directo, uppercut o hook, sufriendo una hemorragia nasal.
Las cortas y veloces combinaciones de Kiladze no sólo se mantuvieron con el paso de los minutos sino que aumentaron en variedad, frecuencia, potencia y efectividad, impactando fuertes golpes, por ejemplo, en cruzado diestro, sucedidos por buenos cambios de línea. Con todo, el georgiano había pasado hace poco la gripe, por lo que pronto no pudo mantener su dinamismo, entrando cada vez más en clinch y viéndose crecientemente presionado por el tenaz Kownacki. Así, en poco tiempo el invicto polaco comenzó a acortar la distancia, a conectar sus manos y a poner las bases para un knockdown, que llegó en el cuarto episodio tras repetidos directos.
Tras la reanudación los ganchos y los rectos de Kownacki pasaron a buscar el desgaste definitivo y la conclusión, pero lo hizo con calma, ya sin la precipitación del comienzo. De hecho, en los cruces de golpes que se produjeron Kownacki comenzó a ballestear y a conectar buenas derechas, todo ello a la vez que Kiladze se mostraba mucho menos preciso y centraba sus esfuerzos en continuar en la contienda, especialmente insistiendo con el clinch. Aun así, no pudo evitar que directos, croches diestros y ganchos al hígado se cobrasen un precio elevado, incluso aunque Kownacki boxeaba ahora con paciencia.
Finalmente, en el sexto asalto, Kiladze 26(18KO)-2(2) a penas podía mantener alzados los brazos, siendo alcanzado por duros puños, como una combinación directo-hook zurdo, hasta que con dos uppercuts y un último recto Kownacki 17(14KO)-0 tiró al tapiz a su rival, que se levantó sólo para ver como el árbitro, acertadamente, le paraba la pelea.
Si se compara con su actuación ante Szpilka, la imagen ofrecida por Kownacki ante Kiladze no fue ni mucho menos tan buena. Con 9 kg más de peso y ante un rival rápido y ligero, Kownacki se puso algo nervioso y tomó riesgos mal medidos, viéndose superado inicialmente por un Kiladze que debería ver su prestigio y cotización mejorados por su notable esfuerzo. De todos modos, al margen de estos problemas, que sin duda le darán valiosa experiencia, no tardó excesivamente en llegar con manos de poder que quebraron a su rival, pasando entonces a boxear con mucha mayor solvencia. Así, quizás en cómputo este combate no parecerá un paso adelante de cara a hacerse un hueco en la parte más alta de la cumbre del peso pesado, pero en realidad Kownacki debería sacar con él vitales lecturas que le ayudarán mucho en los cruciales combates que tiene casi encima. Y es que quizás a mediados de año podría estar pugnando por darse a conocer entre el gran público y hacerse un hueco en el top 3.
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