State Farm Arena, Hidalgo, Estados Unidos. Peso Superligero.
El Figueroa-Burns fue un duelo intenso con muchos intercambios de golpes en la distancia corta, pero ralentizado por constantes entradas en clinch que embarraron en gran medida el desarrollo de la pelea. Tan sólo el primer asalto no encajaría en esta descripción, puesto que en el round inicial Burns mantendría la distancia larga y con un rápido y certero jab, y con algunas combinaciones en 1-2, mantendría la distancia y se anotaría el episodio con cierta claridad. Pero exceptuando este, los rounds posteriores hasta el final transcurrirían mayoritariamente igualados y en la distancia más corta, con una multitud de agarres de un Burns que quería detener el empuje de Figueroa, que buscaba el combate cabeza con cabeza.
Pronto la pelea se convirtió en una agobiante lucha desesperada por anotar combinaciones de uppercuts, hooks y cruzados de corto recorrido de la manera que fuera, recurriendo ambos a algunas habituales irregularidades. Pero fue sobre todo el púgil británico el que más insistiría en los agarres, en su utilización de los codos y en flagrantes golpes a la nuca, que debieron haberle sido penalizados con el descuento de un punto. Aunque en principio pareció que el árbitro acertadamente trataba de detener las constantes entradas en clinch separando los brazos entrecruzados sin parar las acciones, más tarde se hizo evidente que este recurso del tercer hombre era manifiestamente insuficiente, por lo que el árbitro se hizo participe de esta situación no ordenando el break con más frecuencia.
Hasta aproximadamente la mitad de la pelea, pese a la igualdad, Figueroa solía marcar la diferencia con explosivas combinaciones de golpes curvos, sobre todo de hook al cuerpo o de uppercuts, pero pasado el ecuador de la contienda el boxeador norteamericano se mostraría muy cansado, disminuyendo sus series encadenadas de golpes y lanzando muchos más puños de corto recorrido y de poca efectividad. Por su parte "Rickster" en cuanto tenía un mínimo espacio conseguía anotar directos en corta y cruzados que impactaban con claridad, algo que hizo que se llevase varios asaltos. Todo ello se seguía produciendo entre constantes agarres, cabeceos, estirones y golpes en semiclinch. Al fin en el octavo asalto el árbitro decidiría intervenir restando un punto a Burns por sus desmesurados agarres, algo que en cualquier caso de nada serviría teniendo que restarle otro punto más en el onceavo asalto.
En este penúltimo round los agarres de Burns no serían tanto por su estrategia de combate como por sus notables apuros, ya que "Panterita" pese al cansancio no cesaría de lanzar golpes y sacaría fuerzas de flaqueza y estremecería al visitante con una combinación de hooks y posteriormente con otra de uppercuts. Con un doceavo asalto en el que Burns consumiría sus últimas energías con un Figueroa contra las cuerdas el combate llegaba a su fin.
Ante una pelea tan enmarañada, los jueces tuvieron la difícil tarea de puntuarla, decantándose por cartulinas de 117-109 y doble 116-110 y por decisión unánime por la victoria de Omar "Panterita" Figueroa 25(18KO)-0-1. Estas tarjetas parecen demasiado amplias, no reflejando lo igualado de la pugna, debiendo de recaer la victoria de Figueroa por mucho menor margen. Y es que el campeón WBC en receso del peso ligero estuvo lejos de dar su mejor imagen y durante muchos asaltos se mostró falto de energías (quizás a consecuencia de la inactividad) y de otros recursos que no fuesen algunos ganchos poco precisos. Además fue Figueroa quien forzó este embarrado combate con su búsqueda constante de la pelea cabeza con cabeza. Ante esta situación, un Burns 37(11KO)-5-1 que maneja mucho peor la distancia corta, recurriría de forma antirreglamentaria e incesante a las entradas en clinch para no verse abrumado por las potentes combinaciones del pegador Figueroa, aunque aprovecharía su veteranía para anotar manos claras en momentos inesperados. Finalmente los descuentos de puntos, que deberían haber llegado antes y podrían haber sido más, decantaron a favor de Figueroa la igualada situación.
Parece que el futuro de Figueroa, según señalan, es buscar un cinturón en la división del peso superligero y abandonar la oportunidad mandatoria de recuperar su título WBC ligero. De todas formas tendrá que trabajar mucho más su preparación, puesto que además de acusar mucho el desgaste durante la pelea llegó a este combate habiéndose excedido una libra y media (más de medio kilogramo) del límite superligero.
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