En juego el título USBA del peso welter.
Después de que Mikhaylenko hubiese arrollado en sus tres últimos combates a sus oponentes, a los cuales batió antes del límite a base de tremenda presión y mostrando enorme capacidad ofensiva combinada con un extraordinario encaje, para Mayfield quedó clara cual era la estrategia conveniente. Así, y sabiendo que pararse a intercambiar golpes sería su perdición, el estadounidense recurriría a una elevada movilidad que impediría que su oponente pudiese desplegar su terrible capacidad ofensiva en el boxeo sin espacios. Con todo, y aunque Mayfield aplicó bastante bien su dinamismo para neutralizar buena parte del peligro, sus recursos ofensivos no estuvieron a la par, por lo que pudo terminar en pie el combate aunque a costa de una abrumadora derrota a los puntos.
Y es que Mikhaylenko, a pesar de que no se mostraba tan eficaz ni tan cómodo como en anteriores combates, no dejaría de anotarse round tras round gracias a su elevada frecuencia de golpeo y a un bueno manejo de los hooks de ambas manos que, junto al jab, lograba conectar con relativa facilidad cortando el ring. Mayfield no tardaría en replicar los puños de su oponente cuando se veía encerrado aunque, tras una breve combinación o incluso un golpe aislado, reanudaría su desplazamiento por el exterior del ring. De este modo, y basando gran parte de su esfuerzo en golpes rectos disuasorios, no podía compensar las ofensivas constantes pero irregularmente precisas de Mikhaylenko. Éste haría valer también de forma decisiva su gran capacidad combativa cuando la pelea amenazaba con embarrarse por los intentos de entradas en clinch de Mayfield, puesto que incluso cuando su rival lo empujaba hacia abajo o cuando le obligaba a retroceder, el ruso seguía lanzando sus curvos.
Si bien la pelea se desarrolló como un choque de estilos, esto no evitó que en algunos rounds se produjesen, aunque salteados, algunos intercambios intensos en corta que progresivamente terminarían por decantar de forma decisiva el combate gracias a las diferentes cualidades físicas y dispares planteamientos tácticos de ambos. Mientras que el rocoso e imparable Mikhaylenko seguiría avanzando y conectado su potente hook de derecha, Mayfield (que llegaba de un largo parón) terminaría en la parte final realmente desgastado y agotado por el ritmo de pelea establecido por su rival. En cualquier caso, dado que Mikhaylenko no es un gran pegador sino que demuele a sus contrincantes por cantidad de puños y teniendo en cuenta que Mayfield se mantuvo relativamente activo de piernas hasta el final, el encuentro terminó por llegar a la lectura de cartulinas, que con un doble 100-90 y un 99-91 dieron la victoria unánime a Dmitry Mikhaylenko 21(9KO)-0.
Dejando de lado lo amplio del triunfo, cabe mencionar que Mikhaylenko mostró brechas significativas al ataque que, junto a sus innegables limitaciones en cuanto a defensa dinámica, le hacen bastante vulnerable en potenciales choques contra el top de la división welter. Y es que en determinados momentos de la primera parte recurriría a un 1-2 lento y previsible que era contestado sin problemas por Mayfield, quien también en muchas ocasiones podía escabullirse fijando simplemente a su rival con el jab antes de salirse de la línea. Es por ello, y debiendo valorar que en algunos cruces de golpes el estadounidense también igualó bastante las acciones, que a Mikhaylenko se le presenta un futuro muy complicado al tratar de escalar los últimos puestos de las listas. Es cierto que la adquisición del título USBA debería garantizarle en la IBF un ranking de top 10, pero cuando le llegue un gran combate televisado en una destacada cadena, algo que su agresividad y su capacidad para efectuar duras batallas le debería facilitar, no es posible determinar si su magnífico encaje, su elevada frecuencia de golpeo y sus recursos en los intercambios serán suficientes para salir con el brazo en alto.
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