Habiendo ya señalado estas notas básicas sobre la noticia, cabe mencionar que la certificación del Álvarez-Khan conlleva enormes y múltiples cuestiones e implicaciones que generarán un debate que llenará de líneas los medios boxísticos en los próximos meses hasta la realización del combate. Señalando sólo los aspectos básicos, no se puede olvidar, en primer lugar, que por cuarta vez consecutiva no se combatirá en el límite de las 160 libras o 72,6 Kg. por el cinturón WBC del peso medio, sino en un peso pactado designado por el campeón a su antojo. Así, el Consejo se vuelve a mostrar sumamente arbitrario y permisivo con sus estrellas creando excepciones de forma recurrente que benefician a determinados púgiles y que no se replican nunca con boxeadores menos destacados.
En el mismo sentido, o sea sin dejar de hablar del peso, la cuestión principal que ya agita las redes sociales es cómo Álvarez, duramente criticado incluso en su mismo país por elegir a rivales muchos más ligeros para tener una ventaja decisiva, se ha atrevido a elegir a un oponente que actualmente milita en el peso welter. Por ello, Khan deberá ascender una categoría entera y una parcial para dar unas 155 libras que serán insuficientes para equipararse al peso de Canelo en el día del combate debido a su gran capacidad de rehidratación. De este modo, y aunque en esta ocasión Khan estará parejo a él en altura, Álvarez pone las bases para recibir durísimos reproches por su elección de rival, que no serán menos duros para la promotora Golden Boy, tantas veces acusada de sobreproteger al máximo exponente de su escuadra. Por otro lado, no es menos destacable como un Khan desesperado por enfrentarse a un púgil que genere grandes números de ingresos, y que fracasó en sus intentos de enfrentar a Mayweather y Pacquiao, ha aceptado una condiciones verdaderamente perjudiciales para medirse a un boxeador actualmente considerado como top libra por libra.
En cualquier caso, y más allá de los aspectos de despacho y extradeportivos en la mayoría de casos reprobables y que afectarán nuevamente el buen nombre de este deporte, cabe mencionar que Khan, dejando de lado las desventajas ya señaladas, podría dar una sorpresa y dificultar mucho la pelea a Álvarez en contra de lo que éste y su compañía desearían. No hay que olvidar que el boxeo dinámico de Lara y Cotto generó en determinados momentos enormes dificultades para un "Canelo" que en ocasiones se mostró sin recursos de forma evidente. Por ello, Khan cuenta con una oportunidad de victoria que para muchos no será suficiente teniendo en cuenta su escaso encaje.
Pasando al terreno de la especulación, e imaginando que Khan pudiese mantener las distancias durante todo el enfrentamiento y terminase por imponerse a los puntos de forma lo suficientemente solvente como para que los jueces no pudiesen permitirse el "error" en las cartulinas: ¿El nuevo campeón del peso medio sería el welter Khan? ¿Se enfrentaría a Golovkin en la ya necesaria defensa mandatoria? ¿Dejaría vacante el cinturón para pelear con García o Brook de nuevo en el peso welter elevándose así a la condición de monarca absoluto del peso medio GGG? ¿En que posición quedaría Canelo después de perder? Todas estas preguntas e infinitas más son meras especulaciones que tienen en cuenta solamente la probabilidad de triunfo del británico, pero sin duda demuestran lo ridículo de la actuación del Consejo al sancionar este combate mundialista del "peso medio" y no mostrarse rígido en sus decisiones, que deberían haber acabado con el mercadeo que sufre su cinturón años atrás y desde el reinado de Cotto.
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