Arena Legionowo, Legionowo, Polonia. Peso Pesado.
Una de las victorias más sorprendentes vistas últimamente en el peso pesado, aunque sus protagonistas no cuentan con gran renombre, surgió el pasado sábado en Polonia, cuando el invicto prospecto local Krzysztof Zimnoch (con apreciable experiencia como amateur) fue derrotado por su veterano oponente, el estadounidense Mike Mollo. La gran sorpresa del resultado la dan los números en los records de ambos y sus trayectorias recientes, puesto que el imbatido polaco fue vencido por un púgil que no ganaba una pelea desde el año 2010, intervalo de seis años que había sido ocupado por un empate, dos derrotas ante Artur Szpilka y dos años y medio de inactividad. En cualquier caso, Mollo había afirmado que su rival era vulnerable y se mostró motivado y confiado en su capacidad para lograr la victoria.
Por lo que respecta a la pelea, ésta no pasó del primer asalto, estando los primeros compases condicionados por la presión de Zimnoch con sus golpes rectos, puños que lograría conectar un par de veces a pesar de los curvos desesperados lanzados al contragolpe o al ataque por Mollo, que ligeramente hostigado embarraba un tanto la pelea. Tras unos pocos instantes con el enfrentamiento transcurriendo de este modo, Mollo se lanzaría decidido al ataque, siendo detenido por el clinch de Zimnoch, que aprovecharía para conectar un par de cruzados diestros. Mientras ambos forcejaban en el semiclinch, y a la vez que el árbitro ordenaba que se separasen, Mollo conectaría dos brutales ganchos zurdos de corto recorrido que aflojaron las piernas del local, que no caería a la lona sólo al estar apoyado en las cuerdas.
En la reanudación, después de que el árbitro separase a ambos, Mollo se arrojaría ansioso sobre su oponente lanzando dos hooks al cuerpo seguidos por un terrible cruzado diestro que derrumbaría sobre la lona al púgil polaco. A pesar de que pudo parecer que Zimnoch no se alzaría del knockdown, éste finalmente lo logró, aunque era obvio que estaba en muy malas condiciones. Cuando el tercer hombre decretó que siguiese el combate, el estadounidense arremetería violentamente contra su oponente, que se agarraría para evitar el KO. Pero en uno de estos clinchs nuevamente Mollo usaría su demoledor gancho zurdo para romper la resistencia y tirar sobre el tapiz a su adversario, que ya no podría responder a tiempo a la cuenta del árbitro. De este modo, Mollo, exultante de alegría, conseguía una victoria que muy pocos esperaban y que puede que ni siquiera él mismo contase con lograr más allá de sus palabras, al menos con tanta contundencia.
Es justo y necesario señalar que los primeros golpes en semiclinch de Mike Mollo 21(13KO)-5(3)-1, que estremecieron a Zimnoch y fueron el principio del fin, fueron anotados antirreglamentariamente cuando, cegado, no escuchó los llamamientos del árbitro para que se separasen. Por ello, el triunfo de Mollo no tiene todo el brillo que podría haber tenido, ya que el árbitro debería haber sancionado de forma leve o estricta la acción del visitante. En cualquier caso, y aunque el tercer hombre hubiese podido cambiar el resultado del combate de haber tomado la decisión adecuada, lo cierto es que Mollo no pareció cometer su irregularidad de forma consciente, sino que sin escuchar al árbitro instintivamente conectó sus puños en el forcejeo. También cabe mencionar que Zimnoch 18(12)-1(1)-1 se descuidó decisivamente, siendo además un factor crucial en el resultado una posible falta de encaje del prometedor púgil polaco, aspecto que podría disminuir en gran modo su proyección en una categoría llena de noqueadores como la del peso pesado.
De todas maneras, y siendo necesario ver a Zimnoch en una nueva prueba exigente para comprobar si la derrota tuvo más de accidente o de falta de cualidades, Mollo parece encaminado a grandes ofertas que hace sólo unas semanas no podía esperar ni remotamente, apuntándose de momento tanto a una posible revancha como a un cruce contra el exretador mundial polaco Mariusz Wach.
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