Palacio de Hielo Bolshói, Sochi, Rusia.
Eliminatoria WBO del peso ligero.
Combatir en una antesala de mundial no es una oportunidad que se pueda menospreciar, menos aún cuando no se ha estado en importantes peleas con anterioridad, algo que tuvieron muy claro tanto Andreev como Evans, que pusieron de manifiesto su deseo de victoria en una intensa pelea. Con todo, el afán de ambos no se tradujo siempre en un choque fluido, sino que muchas veces, entre oscilaciones en la posesión de la iniciativa, los dos púgiles se embarraron en constantes clinches, especialmente provocados por Evans cuando se veía presionado contra las cuerdas. Aun así, ambos dejaron por el camino un buen número de duros intercambios de curvos en la distancia corta que mantuvieron el interés del choque.
En líneas generales Andreev fue quien presionaba, optando por una elevada cadencia de golpeo que impedía el despliegue del visitante, que se veía obligado a anotar astutas contras con pretensiones disuasorias y a aprovechar los intervalos entre ofensivas del ruso para lanzar andanadas de ganchos. Si bien en muchas ocasiones se sobreexponía, Andreev ofreció buenas esquivas que dejaron clara su buena base técnica y evidenciaron que podría haber intentado boxear con más cautela. En cualquier caso, jugándose tanto y ante un oponente que ofrecía tan férrea resistencia, su opción táctica fue la ofensiva sostenida, respaldad con un buen corte de ring. Los resultados de esta estrategia fueron dispares, puesto que sus golpes de poder con el croché zurdo o con hooks al torso eran replicados por variadas contras de Evans, que en ocasiones sólo necesitaba el uso del jab para neutralizar los ataques de su rival.
Hasta el quinto asalto la pelea estuvo bastante abierta, no siendo evidente un punto de inflexión a favor de uno o de otro contendiente, pero en el citado episodio Andreev anotó con mucha potencia su derecha, continuó su trabajo de desgaste al cuerpo y pareció comenzar a menoscabar al británico, que era ahora menos móvil y que en sus intentos por continuar contestando se vio contragolpeado.
Ciertamente, el choque no se convirtió en sencillo para Andreev, sino que Evans persistió conectando hábiles contragolpes, pero el ruso consiguió escoger mejor sus acciones y anotar de forma crecientemente precisa, entre otros puños, fuertes ganchos zurdos al hígado y crochés al rostro, que iban cobrándose un precio. Finalmente, tras un octavo round de transición y de menor actividad, en el noveno asalto la pegada de Andreev estalló, aprovechando un momento de estatismo de Evans para conectar, después de un uno-dos, un directo y dos ganchos zurdos, un brutal uppercut de derecha que desarboló a su contrincante, que tras unos hooks al rostro sin respuesta vio como el árbitro detenía el encuentro para proteger su integridad.
No se puede negar que Andreev 21(15KO)-0 tomó riesgos en exceso, sufriendo una hemorragia nasal que sangró abundantemente y pudo haber condicionado su capacidad de mantenerse firme en su estrategia. Aun así, el ruso se mostró inflexible en su avance, mostrando un gran encaje y una inamovible tenacidad que, apoyada en una técnica superior a la que muestran muchos boxeadores centrados en la presión y una pegada realmente contundente, le valieron una victoria que le hace surgir como una evidente amenaza para el campeón mundial WBO del peso ligero que saldrá del choque entre Raymundo Beltrán y Paulus Moses, boxeadores que no están al nivel del número 1 de la división y que, a pesar de su condición de favoritos, podrían padecer ante su combinación de habilidad y potencia.
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