Oracle Arena, Oakland, Estados Unidos. Peso Semipesado.
Ciertamente la primera prueba de fuego de Ward en el peso semipesado tuvo claros y sombras, alternándose destellos de su magnífico boxeo con fallos más que preocupantes si se repiten en su firmado combate contra Sergey Kovalev. Con todo, el exnúmero 1 supermedio pudo terminar por resolver su test con cierta solvencia aunque con unas cartulinas de los jueces claramente sesgadas. En el comienzo el cubano Barrera cometió el error de no arrancar con intensidad, aspecto que podría haber generado dudas ante un Ward con una frecuencia de peleas reciente bajísima. Pero, por el contrario Barrera se mantendría cauteloso en el arranque, tratando de establecer su jab y su directo, de modo que el habilidosísimo estadounidense reafirmaría su confianza con fluidas esquivas de cintura o con oportunos pasos atrás que muchas veces precedieron sus contragolpes con gancho zurdo.
El hook de mano adelantada sería el arma principal utilizada en el combate por parte de Ward, puño con el que sorprendería a un Barrera que portaba su mano derecha preparada para atacar y no tanto para defenderse. En cualquier caso, el cubano pronto intensificaría sus ofensivas, tomando la iniciativa a la vez que su oponente dudaba en exceso a la hora de elegir el momento oportuno para entrar con su derecha. De esta forma, en el tercer episodio Barrera ya presionaría con bastante efectividad, llevando a las cuerdas a un Ward que volvería a impactar un gancho zurdo a la contra para derribar a su oponente sobre la lona. Con todo, este knockdown no afectó al visitante de forma excesivamente negativa, puesto que Barrera en los rounds en torno al ecuador del enfrentamiento reanudaría con continuidad e insistencia su intento de hostigamiento.
Los golpes del cubano comenzaron a llegar de forma más sostenida, destacando una derecha clara pero poco potente en la distancia media junto a algunas breves combinaciones de ganchos en corta, acciones que no lograron romper a su favor el combate pero que evidenciaron una esporádica e inesperada lentitud de Ward tanto en la defensa activa como en el contragolpe. Aun así, el local, que había perdido varios asaltos por su escasa frecuencia de golpeo, comenzaría poco a poco a compensar el mayor trabajo de su contrincante, para lo cual haría valer inicialmente (y casi exclusivamente) su excelente técnica y astucia para conectar manos claras en intervalos entre ofensivas, destacando su 1-2 y nuevos ganchos zurdos al contraataque. Finalmente, desde el octavo episodio (Barrera nunca había superado en su carrera el octavo round), Ward comenzó a controlar la pelea con mayor amplitud, aprovechando un bajón en la intensidad combativa de su rival para gestionar bien la distancia y sostener precisos y escasos ataques que le valían para dominar y anotarse los asaltos.
Así, usando la baja actividad a su favor para comenzar a desdibujar claramente a su contrincante, Ward seguiría haciendo valer sus buenas esquivas y sus afilados contragolpes en gancho, junto a eventuales entras y salidas en 1-2, para cerrar bien el combate y asegurarse la victoria. A pesar de ello, su inactividad durante un notable número de asaltos debería haber permitido a Barrera ajustar bastante las cartulinas, aunque no fue así. De forma claramente irregular un juez no le dio ni un solo asalto a Barrera (119-109 en el que se observa el descuento de un punto a Ward por golpe bajo en el octavo round), mientras que los otros dos sólo le dieron dos (117-108, 117-109), tarjetas que parecieron claramente subjetivas, puesto que es difícil no darle al menos tres o cuatro rounds al oro mundial amateur cubano. En cualquier caso, no fueron más objetivos los comentarios de algunos grandes medios, que alabaron incluso los defectos más obvios de Andre Ward 29(15KO)-0.
Resulta innegable que éste es un excelente púgil que solamente apoyado en su instinto podría batir a un gran número de púgiles semipesados, siendo posible que se deshaga de la élite también cuando se encuentre al máximo rendimiento. Aun así, ahora mismo parece estar lejos de este punto álgido y necesitará un rodaje ante un oponente más complicado todavía si quiere llegar con grandes posibilidades de éxito a su combate contra el noqueador Kovalev en noviembre. Y es que la lentitud de reacción y la perdida de constancia mostradas esporádicamente ante Barrera no se las podrá permitir ante un pegador como el ruso, capaz de batir a sus adversarios sólo con su jab y de derrumbarlos con cualquier derecha recta impactada con claridad, golpes que en su último combate Ward encajó en cierto número y muchas veces de forma eludible.
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