Shimazu Arena, Kyoto, Japón.
En juego el cinturón mundial WBC del peso gallo.
El enfrentamiento entre Yamanaka y Solís no estuvo carente de riesgo inicialmente para el japonés, número 1 indiscutible de la división del peso gallo, pero posteriormente el encuentro sería solventemente dominado por éste, que acabó certificado su victoria y la décima defensa de su cinturón. Se sabía perfectamente que Solís era uno de los mayores retos a los que Yamanaka había hecho frente durante su reinado y estas expectativas se vieron cumplidas en el inicio, cuando el venezolano saldría muy agresivo buscando conectar su contundente derecha directa. Aun así, el local aprovecharía el afán combativo de su rival en su propio beneficio, puesto que explotando su gran técnica conectaría un cruzado diestro a la contra que casi derribaría a Solís.
Este primer sobresalto para el excampeón mundial se convertiría en una premonición, ya que en el segundo round, en una acción casi idéntica a la del primer episodio, el zurdo Yamanaka se anotaría un knockdown al conectar un cruzado de mano adelantada al contragolpe, aunque en esta ocasión pareció empujar un tanto a su rival. Sea como sea, el monarca se encaminaba pronto hacia la victoria, pero el visitante no tardó en contestar con creces su caída. En el tercer episodio (que sería el mejor del combate) Solís, que giraba bien hacia su izquierda creando ángulos, anotaría varias derechas directas que llevarían a la lona a Yamanaka, teniendo que soportar éste en la reanudación peligrosos rectos y ganchos de mano adelanta de su contrincante. Cuando Yamanaka pudo reorganizarse e incluso estremecer a su oponente con un duro directo zurdo, un contragolpe en recto diestro le derribaría por segunda vez en el episodio.
Por ello, de forma inesperada, Solís había abierto una opción viable de victoria, aunque muy rápidamente Yamanaka la neutralizaría y tomaría un firme control de las acciones. Si bien en el cuarto episodio el retador saldría agresivo en busca del knockout, el titular mundial le alcanzaría con brutales directos zurdos, aislados, en 1-2 o combinados con gancho diestro que frenarían la iniciativa de su adversario. Esto no se produjo de forma brusca, sino gradual, dado que durante unos instantes la pelea se embarró un tanto, aunque Yamanaka desatascaría la situación nuevamente con su excepcional directo zurdo. Con este golpe casi exclusivamente el japonés controlaría ya la pelea hasta el final una vez que Solís vio que no era adecuado arriesgarse a buscar el knockout y disminuyó su presión. Con mayores espacios para desplegar su boxeo y con su contrincante dándole tiempo para pensar, Yamanaka haría valer su técnica, gestionaría sensacionalmente los espacios y realizaría brillantes esquivas para convertir su control en tan inalterable como monótono.
Todavía Solís buscaría reaccionar de forma puntual, conectando esporádicas derechas directas o ganchos que mantuvieron cierta tensión, aunque cada vez se veía más desdibujado y sus ofensivas más espaciadas, por lo que Yamanaka lanzaba directos uno tras otro, a veces en variación de altura o en 1-2-1, para capturar cada asalto y hacer gritar al público. Uno de estos golpes directos, en el noveno asalto, le permitiría anotarse un nuevo knockdown a Yamanaka, que no volvería a pasar apuros relevantes hasta que en el onceavo asalto casi caería junto a su rival entre las cuerdas y fuera del ring. Finalmente, tras un doceavo round más intenso y con algunos fuertes intercambios, la pelea llegaría a su fin, procediéndose a una lectura de tarjetas que por triple y acertado 117-107 dieron el triunfo unánime a Shinsuke Yamanaka 25(17KO)-0-2. Más allá de las sorprendentes caídas sufridas en el tercer episodio, en parte motivadas por la tendencia del campeón a llevar la barbilla excesivamente alta, su control ante un dificilísimo excampeón unificado fue insultante, martilleando con directos zurdos incesantes y no dejando dudas a los jueces. Quizás Solís pudo haber explotado con algo más de constancia las dudas provocadas al campeón en el tercer asalto, pero no se le puede culpar por no poder lograrlo si se tienen en cuenta los demoledores contragolpes recibidos, puños que han llevado a muchos otros rivales al knockout.
Con este triunfo, en el que dejó detalles de enorme calidad, Yamanaka da motivos para que sus partidarios lo mantengan en el top libra por libra, aunque, del mismo modo, las caídas sufridas, añadidas a sus flojas actuaciones recientes ante Anselmo Moreno y Suriyan Rungvisai, servirán a sus detractores para reafirmarse. Por ello, será necesario aguardar a la defensa mandatoria o a un posible ascenso al peso supergallo para aclarar las dudas, pudiéndose entonces comprobar también si puede mejorar su condición y mantener a medio plazo su record invicto.
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