Shimazu Arena, Kyoto, Japón.
En juego el cinturón mundial WBC del peso minimosca.
Al igual que hiciera durante gran parte del combate ante Guevara, Kimura se apoyaría al comenzar la pelea en su gran habilidad para contragolpear, logrando a través de su recto de derecha y de su gancho de mano adelantada contener un tanto el empuje inicial del retador. Pronto López se reordenaría considerablemente y, ya en el segundo episodio, lograría igualar las acciones e incluso anotar las mejores manos a través de un repetido y efectivo 1-2 que utilizó con gran acierto durante toda la contienda. Al tratar de entrar el mexicano se encontraba habitualmente con una elevada resistencia por parte de su rival, que establecía combinaciones de rectos rápidas pero poco potentes, aunque al alcanzar la distancia corta López se mostraba evidentemente superior al usar los ganchos.
Quizás, el último de los episodios emparejados y sin una lectura sencilla sería el tercero, cuando la claridad de golpeo de Kimura se contrapondría a la mayor eficacia de López en los intercambios de golpes, pero a partir del cuarto la pelea comenzó a decantarse de forma mucho más manifiesta. Sin dejar de ser los rounds reñidos e intensos, el retador López comenzó a tomar ventaja en las acciones y en las cartulinas, para lo cual se apoyó esencialmente en un mayor trabajo que el de su oponente, siendo además su despliegue ofensivo más continuado. Así, lanzando incansable el 1-2-curvo de izquierda y sosteniendo un elevado ritmo de combate en la distancia media-corta, López comenzaría a sobrepasar a un Kimura que no respondía en la suficiente medida y que por momentos se vio bastante sobrepasado. El japonés trataría de mostrarse eventualmente más agresivo para contener las arremetidas del retador, pero en lugar de conseguirlo se vería abocado a unos cruces de golpes en los que saldría aún más airoso López en virtud de su gran manejo de los ganchos y el uppercut.
Alcanzado el ecuador de la contienda, y con el campeón cerca ya de ver certificada su derrota a los puntos, un Kimura por momentos desdibujado y desorientado táctica y estratégicamente acentuaría más aún sus ofensivas a la desesperada tratando de cambiar el signo de la pelea, logrando llevar en alguna ocasión a las cuerdas a su oponente pero a costa de recibir duros directos. Con todo, la reacción de Kimura comenzó a dar algunos resultados a partir del octavo episodio, intensificándose los intercambios, volviendo a igualarse las acciones y, por ello, logrando anotarse de nuevo algún round. Quizás en la recta final comenzó a notarse algo de desgaste del visitante, que inevitablemente debió sufrir el precio de su imparable ataque anterior y el de los repetidos ganchos al cuerpo de su rival. Mientras, Kimura 18(3KO)-3(1)-1, centrando en remontar, conseguía recuperar algo del espacio perdido, aunque en los cruces de golpes más igualados la superior contundencia de su contrincante marcaba la diferencia y decantaba de su lado a los jueces.
En cualquier caso, la ventaja de Ganigan López 27(17KO)-6(1) era ya demasiado amplia para ser anulada, así que, sólo gestionándola y ofreciendo eventualmente firme resistencia, podría terminar los doce asaltos sabiendo que había capturado el triunfo. La impresión general fue confirmada por las cartulinas de los jueces, que dieron puntuaciones de 119-109, 118-110 y 114-114 que le sirvieron al mexicano para vencer por decisión mayoritaria y capturar el cinturón mundial WBC del peso minimosca. Las tarjetas pueden considerarse un tanto excesivas en ambos extremos, ya que si bien el resultado debió estar algo más ajustado (Kimura al menos se anotó tres rounds), López consiguió la victoria de forma bastante solvente, pareciendo más errónea aún la puntuación de empate. Con todo, la disparidad en las tarjetas puede resultar comprensible por una simple diferencia en la evaluación del desarrollo de la contienda, ya que dependiendo de si se valoraba más la cantidad o la contundencia en los más igualados rounds se podría modificar mucho, y de forma más o menos razonada, la visión de la pelea.
Sea como sea, lo que es innegable es que el japonés Kimura se mostró muchísimo menos astuto que en su combate contra Guevara, tratando de aguantar los contundentes ataques del tenaz López en el centro del ring y en una distancia demasiado próxima. Aun así, no se debe restar mérito a "El Maravilla", que pudo ejecutar el planteamiento combativo más beneficioso para sus intereses a través de una enorme consistencia ofensiva. Por ello, López logró merecidamente coronarse por primera vez en su carrera, apuntando su futuro próximo a una defensa mandatoria ante el peligrosísimo número 1 Jonathan Taconing 22(18KO)-2-1.
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