Rhinos Stadium, Rochester, Estados Unidos.
En juego el título WBO NABO del peso pesado.
Habiéndole dado buenos resultados ante Arreola y Breazeale, Kassi optaría de nuevo por plantear una táctica dinámica, desplazándose por el exterior del ring y conectando su jab y su directo arriba y abajo, especialmente al contragolpe, estrategia conveniente por ser más bajo y ligero que sus rivales en la categoría. Así, en el primer asalto lograría éxitos evidentes ante un Miller demasiado lento en su avance y bastante tosco en sus ofensivas, algo que no impidió que conectase algunos hooks cuando eventualmente alcanzó la distancia corta. Habría que esperar hasta el segundo asalto para que el prospecto pudiese darle más continuidad a sus ataques, impactando duros ganchos ante un Kassi que no se mantuvo tan móvil y que se vio obligado por ello a intercambiar golpes con uppercut y hook.
Aunque la superior velocidad de manos de Kassi le permitía ofrecer un buen número de puños, su carencia de pegada, uno de los grandes puntos débiles en su carrera, le suponía una enorme desventaja ante el noqueador Miller. Éste, alcanzando el tercer round, lograría hacer mella en su rival con un repetido hook diestro al rostro, si bien los apuros pasados por el camerunés no fueron excesivamente grandes. Por ello, parece razonable que fuese real la lesión en la mano derecha que alegó Fred Kassi 18(10KO)-6(2)-1 para no seguir combatiendo en el descanso entre el tercer y el cuarto episodio, algo que también justificaría su escasa actividad en los últimos compases de lo que se prolongó el choque.
De igual modo, la victoria, aunque no fuese obtenida en las mejores circunstancias, suponía para Jarrell Miller 18(16KO)-0 que superaba la considerada por muchos como la prueba más exigente en su carrera. En ésta quizás no brilló tanto como se esperaba, pero su sólido trabajo con los hooks le encaminó hacia el triunfo antes de que Kassi tuviese que abandonar, no pudiéndose saber cómo habría cambiado el desarrollo del choque si no hubiese sufrido una lesión. Sea como sea, la victoria de Miller respalda sus aspiraciones mundiales y debería acercarle al top 5 WBO, todo ello a la vez que se encamina probablemente a un duelo a finales de año ante otro prospecto estadounidense de buen nivel ante el que poder demostrar, ya de forma definitiva, de qué está hecho realmente. Y es que en su pelea ante Kassi (que quizás con un cambio de entrenador podría lograr mayores éxitos), la lesión de su adversario condicionó trascendentalmente el combate y la lectura de su evolución.
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