Barclays Center, Nueva York, Estados Unidos.
Semieliminatoria IBF del peso superwelter.
Ni como se dice el control de Harrison de la pelea fue total ni su boxeo pareció ser tan bueno como para contarlo entre los mejores aspirantes de la categoría. Al contrario, la imagen del noqueador estadounidense fue bastante floja, siendo indudable que su nuevo estilo combativo es mucho menos entretenido que el precedente y que su capacidad para dominar las contiendas se ha visto reducida a través de su nueva tendencia conservadora y defensiva, algo que le puede costar muy caro ante la cumbre de la categoría superwelter. El planteamiento del choque fue simple, con Harrison desplazándose por el exterior del ring a la vez que lanzaba jabs principalmente disuasorios, dificultando por ello las entradas de un Rabchenko con menos altura y alcance, poco agresivo pero que presionaba y contestaba jab por jab.
En el primer asalto el acierto con el directo de mano adelantada del bielorruso, combinado con buenas esquivas, pareció presagiarle posibilidades de imponer su boxeo, aunque en el segundo round los directos preventivos de Harrison le hicieron fallar y le dejaron fuera de la distancia. Con todo, al faltarle al local frecuencia de golpeo y claridad en el mismo, la pelea se mantenía pareja, oscilando entre el acierto con puños aislados en directo y hook zurdo de Rabchenko y los buenos contragolpes en recto diestro de Harrison. El bajísimo ritmo y la incapacidad de ambos para ser decisivos, además de hacer la pelea tediosa, demostraban brechas en el boxeo de los dos contendientes perfectamente aprovechables por cualquier top 5 de la categoría. Y es que ni Rabchenko encontraba huecos o ángulos a pesar de sus pasos laterales ni Harrison lograba ser contundente con sus manos, muchas de ellas erradas o bloqueadas por su rival.
Quizás a partir del séptimo episodio el combate se hizo parcialmente más intenso, con los dos contestando los hooks zurdos, los directos y los jabs de su oponente, aunque parecía que Rabchenko estaba empezando a aprovechar mejor la presión y su astucia para elegir adecuadamente los momentos de ataque. Pero entonces, en el noveno episodio, un 1-2 al mentón, precedido por un doble jab-directo, llevó al visitante a poner la rodilla en la lona. A pesar de levantarse, Rabchenko vería la pelea detenida por su incapacidad para caminar de forma fluida y estable. Con el KO Técnico en el noveno asalto Tony Harrison 24(20KO)-1(1) explotaba de alegría, dado que, después de una trascendental derrota ante Willie Nelson, se volvía a poner a un paso del mundial, que si no le llega de forma voluntaria le alcanzará después de una eliminatoria final en 2017. Acompañando el jubilo del púgil se produjeron numerosas osadas afirmaciones de los críticos, tan exageradas que señalaban que Harrison había dominado totalmente con una gran actuación a Rabchenko 27(20KO)-2(1), por lo que se consideraba al estadounidense como un superwelter de la élite. Nada más lejos de la realidad.
Dejando de lado el hecho de que ha dejado de ser un temible y agresivo noqueador con una capacidad ofensiva desbordante para convertirse en simplemente un conservador púgil de corte defensivo con bajísima frecuencia de golpeo y acierto que hace sólo lo necesario para ganar, su actuación no fue nada brillante, puesto que un Rabchenko carente de recursos igualó con manos aisladas las acciones y emparejó las cartulinas para todo observador imparcial. Por otro lado, su capacidad para noquear no ha desaparecido y le bastó una mano contundente para poner fin a la contienda. De todos modos, enfrentando a Jermall Charlo, Julian Williams, Demetrius Andrade o a cualquier púgil del mayor nivel no parece que sus jabs esporádicamente acertados, su mala elección del momento para contragolpear y su insuficientemente desarrollada táctica y técnica le permitan mantener el estatus ahora otorgado de forma precipitada por los críticos de su país.
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