En juego el cinturón mundial vacante WBO del peso mínimo.
La pelea arrancaría con bastante buen ritmo, con ambos, dispuestos a conectar sus manos, acortando súbitamente la distancia para quedarse muy cerca de su oponente pero sin entrar en clinch, que fueron poco numerosos. Aun así, el riesgo tomado por los dos coaspirantes provocaría un primer y peligroso choque de cabezas que sería premonitorio de lo que sucedería unos pocos minutos después. Al margen de este incidente, el jovencísimo Kano conectaría buenos contragolpes en 1-2, directo aislado y uppercut que sorprendieron al veloz Takayama, que igualmente trabajaría bien con su hook zurdo y se mostraría más solvente (por precisión y rapidez) en los cruces.
A pesar de que las contras de Kano seguirían llegando, desde el segundo asalto el más experimentado Takayama realizaría ajustes, calmando su ritmo combativo, no precipitándose en sus acciones y eligiendo mucho mejor los momentos de ataque. Así conseguiría conectar combinaciones de hooks que incluso empujaron hacia las cuerdas a Kano, que se vería también superado por las plásticas esquivas del excampeón. Alcanzado el tercer asalto un choque de cabezas provocaría una grave brecha entorno al ojo izquierdo de Takayama, que sacaría lo mejor de su boxeo ante las dificultades y respondería a los excelentes directos de su rival con una gran frecuencia de golpeo.
Después de un cuarto round un tanto de transición, Takayama, quizás previendo que le pudiesen detener el combate, aceleraría de nuevo su ritmo, superando por número de manos la buena respuesta de Kano. Finalmente, las sospechas se cumplieron y en el sexto round, tras la revisión del médico, se decidía que Katsunari Takayama 31(12KO)-8(1) no podía seguir combatiendo, llegándose así a una lectura de tarjetas que dio a éste el triunfo por decisión técnica y acertadas puntuaciones de 59-56, 59-55 y 58-56. Esto suponía que Takayama en su novena pelea consecutiva con título mundial en juego lograba volver a coronarse monarca, sólo ocho meses después de haber perdido su título (también por decisión técnica) ante José Argumedo. Aunque no quedan muchas dudas de que Takayama es uno de los mejores boxeadores del peso mínimo de la última década, algo logrado por su excelente velocidad de manos combinada con una técnica boxística realmente buena, no debe pasar por alto el gran trabajo realizado por un Kano 10(5KO)-2-1 de sólo 18 años que supo plantar cara a pesar de contar con cuatro veces menos rounds y combates que su rival, demostrando con ello enorme proyección.
Por lo que se refiere al futuro de Takayama, dado que ya ha disputado en dos ocasiones peleas de unificación y otros retos de gran dureza y riesgo, no es para nada descartable que en su primera defensa, a inicios de 2017, pueda enfrentarse a uno de los púgiles de la élite de la categoría, mencionándose especialmente al durísimo sudafricano Simphiwe Khonco 16(7KO)-5(3), cuya promotora ya habría sido contactada por los representantes de Takayama.
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