Bramall Lane, Sheffield, Reino Unido.
En juego el título WBA Continental del peso supermedio.
Uno de los boxeadores que está intentando convertirse en retador de George Groves es su imbatido compatriota Jamie Cox que, después de dejar atrás serios problemas con la ley, afrontó el pasado sábado, en la misma velada en que se produjo el Groves-Chudinov, un crucial combate para su carrera: ante un rival duro y con ambición, afrontó el mayor reto de su carrera y se jugó el acceso al top 15 WBA. Quizás el triunfo que consiguió no fue esplendoroso, pero sí le valió para cumplir sus objetivos inmediatos y para acceder a un gran combate de ámbito nacional.
Resultó evidente que Cox quería impresionar, ya que en el primer asalto se mostró muy agresivo, buscó el cruce de golpes y, usando su hook enlazado con directo, su cruzado diestro y ganchos al cuerpo, alcanzó claramente a su oponente, que se conformaba con girar a la izquierda para evitar la mejor mano de su zurdo rival y con contragolpear con algún gancho diestro. En cualquier caso, Taylor no se dejó arrollar, sino que intentaría aguantar el centro del ring a la vez que buscaba responder a los claros rectos de su contrincante. Haciendo caso de su esquina, Cox trató de usar su jab para desatascar la situación, pero no lo consiguió, ya que sus cambios de línea resultaban irregularmente efectivos y en ocasiones se expuso al gancho diestro de Taylor.
El mejor asalto de Taylor fue el cuarto, cuando demostró lo bien que sabe boxear contra un púgil zurdo, manteniendo su pie adelantado a la derecha del de su rival y usando bien el directo diestro aislado, pero un aumento del ritmo de Cox en el quinto asalto neutralizó su acierto táctico. El imbatido, aunque seguiría mostrándose a veces dubitativo, llevaría a las cuerdas repetidamente a su rival donde le golpearía con series de ganchos, imponiendo igualmente bien su directo en la distancia larga. Taylor comenzó a mostrar signos de desgaste y terminó por ceder el centro del ring de forma prolongada, llegando a verse un tanto abrumado por la presión a la vez que retrocedía y era perseguido por el favorito.
El choque, en su recta final, mantendría esta tendencia, aunque el combate no llegaría a romperse, sino que parecería, como lo hizo durante casi todo su transcurso, un tanto embarrado por la incapacidad de ambos de ser decisivos en la distancia media. Estando así el encuentro, en el noveno episodio el médico tuvo que revisar un corte en torno a la ceja derecha de Cox, brecha provocada por cabezazo involuntario, que le impedía seguir combatiendo y que llevó la pelea a la decisión técnica.
Las cartulinas de doble 88-83 y un 87-84 le dieron el triunfo a Jamie Cox 22(12KO)-0, que se hizo con una merecida y meritoria victoria aunque no lo suficientemente convincente. Esto es así porque, si bien derrotó a un boxeador muy exigente como Lewis Taylor 19(3KO)-4-1, tras una considerable inactividad y con amplias cartulinas, por momentos Cox pareció precipitado y acelerado en sus acciones a la vez que poco resolutivo, cosa que le supuso encajar claros contragolpes, perder esporádicamente su dominio y deslucir su triunfo. Aun así, parece más que posible que pueda pulir sus fallos pronto y que este choque ante Taylor le haya dado la experiencia para ser mucho más sólido en el futuro, cosa que le hará falta, ya que en unos meses se enfrentará, supuestamente, a un rival directo como Rocky Fielding, siendo un crucial combate para la carrera de ambos que marcará quién peleará por el acceso al mundial y quién deberá seguir luchando en el ámbito británico.
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