Wembley Stadium, Londres, Reino Unido.
Eliminatoria final IBF del peso pluma para decidir al retador obligatorio del campeón Lee Selby.
Habiendo debutado en el peso pluma con una gran actuación y siendo ahora entrenado por Freddie Roach, se esperaba que Quigg arrollase al rumano Simion en esta eliminatoria final, que era vista casi como un duelo de rodaje para el británico antes de enfrentarse al monarca Lee Selby. Con todo, el visitante ofreció un combate lleno de coraje, resistencia y ritmo para generar una pelea muy exigente a Quigg y muy entretenida para el público.
En los dos primeros asaltos Simion ya dejó clara su intención de dar la sorpresa, puesto que con duros hooks zurdos a la contra y rapidísimas combinaciones de directos y ganchos superó claramente el trabajo desplegado por Quigg, que poseía la iniciativa pero no tenía acierto. De todos modos, en el tercer asalto el local realizó ajustes y comenzó a llegar con mucha potencia con uno de sus mejores golpes, el gancho diestro, con el que estremeció a su rival repetidas veces durante la pelea. Así, Quigg se pudo mantener más rato en la distancia corta y comenzó a conectar uppercuts y directos.
Pero Simion no quiso ceder ni un ápice, al contrario, incluso le arrebató la iniciativa a su contrincante cuando pudo, produciéndose así constantes intercambios de gran dureza en los que los dos boxeadores se llegaron con curvos y rectos. En cualquier caso, aunque hubo una igualdad general, la contundencia de los puños de Quigg era muy superior, por lo que los asaltos caían de su lado de forma habitual. Más aun teniendo en cuenta que Simion se vio estremecido muchas veces, permitiendo esto al exmonarca impactar uppercuts muy potentes al igual que series sin respuesta con ganchos al cuerpo.
Sea como sea, cada vez que quedaba tocado y parecía que iba a quebrarse su resistencia, Simion 21(9KO)-2 se rehacía y lanzaba sus manos con enorme velocidad y elevadísima frecuencia para sorprender a su adversario, neutralizarlo e incluso arrebatándole algún asalto. Quigg probó con todos sus golpes aislados o en series, intentando explotar los momentos de apuro de su rival o modificando la línea de ataque, pero aunque lograse algún éxito parcial, Simion, con enorme encaje, voluntad de victoria y que nunca se rendía, seguía en frente de él tirando golpes y aprovechando los grandes huecos defensivos dejados por el británico. Finalmente, los doce asaltos se consumieron y se llegó al veredicto de los jueces, que dio la victoria a Scott Quigg 33(24KO)-1-2 por decisión unánime y cartulinas de doble 117-111 y un 115-113, siendo la puntuación de Bastión Boxeo de 116-112 a favor de Quigg.
Si bien Quigg mereció la victoria, el combate estuvo mucho más igualado de lo que afirman los críticos británicos, puesto que el tremendo ritmo combativo de Simion (que ofreció una excelente actuación para superar las expectativas) mantuvo muy igualados un gran número de asaltos, siendo evidente también que el local se sobreexpuso al ataque, dando por ello facilidades a su contrincante. Por ello, aunque la victoria fue meritoria para Quigg, éste genera dudas de cara al mundial ante un Lee Selby que, de todos modos, en sus peleas más exigentes no está rindiendo a su mejor nivel. Así, se dibuja una interesante e igualada pelea mundialista en el último trimestre del año, aunque antes Selby seguramente realizará una defensa ante Víctor Barros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario