Vodafone Events Centre, Manuaku City, Nueva Zelanda.
Campeonato mundial WBO del peso pesado. Primera defensa voluntaria del monarca Parker.
Si bien el Canelo-Chávez fue la gran decepción de la pasada semana, no se debe pasar por alto que el mismo día hubo otro encuentro realmente tedioso y de baja calidad, además campeonato mundial y del peso pesado. Una vez más, se ha sobrevalorado a un boxeador para conseguir ventas de entradas, pagos por visión y poder alzarlo a un mayor encuentro para el que no tiene nivel, pero que garantizará grandes ganancias para su promotora. En este caso, el púgil en cuestión es el neozelandés Joseph Parker, que ha sido considerado por mucho como una maravillosa figura del peso pesado cuando sus cualidades no están ni cerca de ello.
Primero evitó a duras penas la derrota a los puntos por la mínima ante Carlos Takam, luego se coronó de forma cuestionable ante un Andy Ruiz siempre en baja forma y finalmente se enfrentó a un Razvan Cojanu realmente tosco, lento y sin recursos, que había sido noqueado en dos asaltos por un púgil de nivel medio-alto, pero ante el cual no pudo vencer en pocos rounds como se esperaba, sino que consumió los doce dando mala imagen.
El jab que tantas victorias le ha dado, en esta ocasión, enfrentándose a un boxeador más alto y que sabía retroceder a tiempo, no le sirvió de forma tan decisiva a Parker, que vio errado innumerables veces este puño clave en su boxeo. Por suerte para sus intereses, Cojanu no tenía frecuencia de golpeo y parecía más preocupado por realizar gestos chulescos y provocar, sonreír y hablar que por boxear. Así, Parker pudo ir ajustando poco a poco sus ofensivas y empezar a llegar con su 1-2, combinaciones de hooks y algunos jabs, junto a directos enlazados con ganchos de mano adelantada.
De todos modos, sus golpes de poder no resultaron habituales y su ritmo estuvo lastrado por muchas entradas en clinch, en las que Cojanu aprovechaba para pegar en la nuca. Con todo, el árbitro no le restó un punto por ello cuando dio adrede, y por cuarta vez, tres golpes en la parte trasera de la cabeza de su rival sino minutos después y en una acción en la que precisamente no se apreció irregularidad. Quizás por esta perdida de un punto en el cuarto round, Cojanu en el quinto asalto igualó algo las acciones, llegando con algún recto mal ejecutado, pero Parker le respondió en el siguiente episodio llevándolo a las cuerdas y conectando duras derechas. Hacia el tramo final, y tras impactar algunos jabs combinados con ganchos diestros, Parker, en vez de buscar romper el encuentro ante un rival claramente vulnerable, no presionó con intensidad, ni siquiera lo hizo de forma constante, ya que durante largos periodos se limitó a desplazarse por el ring siendo perseguido por un Cojanu 16(9KO)-3(1) que lanzaba golpes tan heterodoxos como imprecisos.
Finalmente, tras unos últimos cruces de golpes interesantes en los últimos instantes del duodécimo episodio, que por el bien de los espectadores ojalá se hubiesen producido al principio del combate, se llegó a una lectura de tarjetas que con 119-108 y doble 117-110 le dieron el triunfo unánime a Joseph Parker 23(18KO)-0. La puntuación de Bastión Boxeo es de 118-109 a favor de Parker. Ciertamente, no hay demasiado que destacar de este mal combate: un rival de nivel medio, clasificado en la parte baja del top 15 por un título menor, peleó como rival de sustitución ante un campeón más potente y con mejor técnica pero que, incomodado por la altura del retador, no buscó la victoria antes del límite y se contentó con asegurarse un triunfo claro pero nada brillante.
Si esta fuese la primera vez en que Parker no da una buena imagen, no sería una señal de alarma, pero es que cada vez que se mide a un boxeador competente sus victorias no son ni contundentes ni sólidas. Por ello, Parker no sólo no parece tener posibilidades de imponerse en unificaciones a Joshua o Wilder, sino que es posible que su retador obligatorio Hughie Fury pueda derrotarlo con cierta solvencia cuando pacten una nueva fecha para su enfrentamiento. Tampoco se debe pasar por alto que Dillian Whyte afirma que ha llegado a un acuerdo para enfrentarse a Parker en septiembre, duelo interesante y también muy difícil para el monarca neozelandés. En cualquier caso, lo que pone de manifiesto el Parker-Cojanu es que el peso pesado, contrariamente a lo que muchos afirman, no ha renacido por la victoria de Joshua ante un Klitschko cerca del retiro y poco rodado, porque, por ejemplo, ni siquiera un campeón como Parker tiene la necesaria calidad actualmente. Además, en los top 15 oficiales se pueden encontrar boxeadores realmente asequibles como Fres Oquendo o BJ Flores y en los top 15 extraoficiales se sitúan púgiles como Malik Scott o Eric Molina, que en otro tiempo o en un peso pesado en plenitud no estarían ni en los 50 primeros puestos.
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