Odyssey Arena, Belfast, Reino Unido.
En juego el cinturón mundial IBF del peso gallo. Tercera defensa (segunda voluntaria) del campeón Haskins.
En muchas ocasiones, y aunque es paradójico, la mejor forma de boxear contra un rival heterodoxo como Haskins es combatir de una manera simple y sólida para evitar errores decisivos que puedan ser aprovechados por el oponente. Así, contra los adversarios que usan las manos bajas, crean constantes trampas con amagos y generan dificultades por sus imprevisibles ataques, la historia del boxeo ha demostrado en muchas ocasiones que recurriendo a una defensa cerrada, a un bajo riesgo y a un firme uso del jab y el 1-2 se puede lograr neutralizar este tipo de planteamiento, como hizo Stuart Hall ante Haskins en su controvertida derrota. Pero esta táctica no fue la elegida por Burnett que, siendo un boxeador bastante ortodoxo y convencional, decidió recurrir a una táctica osada pero que le dio grandes resultados: boxear heterodoxamente contra un oponente heterodoxo.
Así, Burnett bajaría las manos igual que Haskins y se jugaría sus posibilidades de triunfo en fugaces arremetidas, en las que lograría siempre llevarse la mejor parte por su superior velocidad y precisión, cualidades materializadas en efectivos directos y ganchos zurdos. El monarca mundial Haskins se vio sorprendido por esta estrategia y sería superado tanto al ataque como al contragolpe, ya que la respuesta de Burnett era constante e inmediata cuando se encontraba bajo una ofensiva. Además, el invicto aspirante tenía variados recursos defensivos para evitar los golpes aislados de su contrincante y dejarlo pegando al aire.
Quizás las mayores dificultades para Burnett llegaron en los numerosísimos cabezazos involuntarios que se producían al portar ambos las manos bajas y lanzarse agresivamente en ofensivas desde la distancia larga. De este modo fue como sufrió un grave corte en su frente que, en cualquier caso, sería bien atajado por su esquina.
Sea como sea, tras alcanzar al titular varias veces con duros ganchos diestros cuando éste trataba de volver a su posición de guardia, Burnett lograría en el sexto asalto derribar a Haskins con un cruzado diestro. El retador intentó buscar el knockout, pero los agarres de su rival lo evitaron, volviendo ambos al mismo ritmo combativo anterior, en el cual Burnett siguió dominando con fuertes directos. Finalmente, el combate se encaminó a la lectura de tarjetas, pero no antes de que Haskins fuese tumbado por segunda vez cuando en el undécimo episodio recibió un directo enlazado con hook zurdo.
Habiendo sufrido Lee Haskins 34(14KO)-4(3) dos knockdowns y habiendo sido evidente el control de la pelea por parte de Ryan Burnett 17(9KO)-0, la coronación del hasta entonces aspirante era inevitable. La puntuación de Bastión Boxeo es de 120-106 a favor de Burnett. Pero si bien dos jueces dieron un lógico 119-107 a favor de éste, el tercero, Clark Sammartino, dio un increíble 108-118 a favor de Haskins, haciendo que Burnett se coronase pero con una proclamación dividida. Resultaba del todo imposible que un boxeador que había dominado de un extremo a otro la contienda pudiese perder a ojos de un juez imparcial todos los asaltos menos dos. Más aún que el juez le contase dos knockdowns en contra a Burnett. Pero la explicación, a pesar de ser muy preocupante, resulta más simple de lo que puede parecer y sin necesidad de recurrir a la corrupción para entenderla. El juez, que tiene más de 80 años, confundió la identidad de ambos boxeadores, pensando que Burnett era Haskins y viceversa. Así, realmente, la puntuación de Sammartino es un aceptable y lógico 118-108 a favor de Burnett. La IBF ya ha señalado al respecto que el resultado será cambiado a decisión unánime.
En cualquier caso, aunque este incidente demuestra una vez más que hay jueces que simplemente no están capacitados para juzgar un combate de boxeo y que deberían ser apartados definitivamente de su puesto por las comisiones boxísticas, que usan a personal inadecuado en ocasiones demasiado importantes, la victoria de Burnett hace que la división del peso gallo siga recuperando terreno tras momentos de crisis. Actualmente, tres boxeadores de gran nivel como Burnett, Yamanaka y Tete sustentan coronas mundiales en el peso gallo, habiendo un considerable número de retadores de calidad, por lo que, aunque esta categoría seguirá sin tener el interés del peso pluma o del supermosca, parece estar en proceso de ofrecer excelentes combates y superar el bache por el que ha pasado.
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