Madison Square Garden, Nueva York, Estados Unidos.
Unificación de los cinturones mundiales WBA e IBF.
Con un planteamiento táctico totalmente alejado del descarnado intercambio de golpes que muchos esperaban que buscaría, Golovkin basaría la pelea esencialmente sobre el uso de su jab, golpe que utilizaría con enorme frecuencia y excelente precisión para anular a su rival desde los instantes iniciales. Ya en el primer round Lemieux tendría muchas dificultades para conectar sus golpes, puesto que sus directos eran mayoritariamente evitados con pasos atrás por un Golovkin que frenaba sus entradas en la distancia media. Aunque esta estrategia de menor riesgo podría haber sido sólo aplicada como toma de contacto en los primeros instantes, el púgil kazajo insistiría en el segundo asalto con su constante uso del jab, ahora acompañado por golpes de poder como cruzados de ambas manos, directos diestros y hooks al hígado que pronto, y de forma sostenida, empezaron acumular castigo en Lemieux. Por su lado, el canadiense comenzaba a verse totalmente anulado por el boxeo de su oponente, que peleaba de una forma mucho más técnica y fría de lo que se esperaba.
Después de dos rounds con un escaso acierto y sin a penas haber podido aplicar un ápice de su trabajo de golpes de poder (y por contra siendo estremecido ligeramente por la primera derecha que recibió en el encuentro), Lemieux saldría algo más arrojado en el tercer episodio, round en el que trataría sin éxito de arremeter contra su rival y empujarlo hacia las cuerdas. Y es que Golovkin, manejando muy bien el ring y la distancia, reconduciría con facilidad con pasos laterales o hacia atrás las embestidas de su oponente, contra el cual además de un potente cruzado de izquierda conectaría repitiendo con su mano zurda el hook al cuerpo y el uppercut. Estando el combate tan claramente decantado, y con un noqueador como "GGG" impactando un elevado volumen de golpes, se llegaría al resultado inevitable y a los primeros apuros para el campeón IBF Lemieux, que fue estremecido por un durísimo gancho zurdo. Con todo, y a pesar de que Lemieux encajó un nuevo hook de izquierda más y fue llevado a las cuerdas, Golovkin pareció no querer tomar riesgos (o no terminar tan pronto) y tras una breve combinación de rectos daría un paso atrás dejando salir a su contrincante.
El valiente Lemieux, pese a los apuros en el round anterior, seguiría insistiendo en el ataque y lograría conectar en el quinto episodio unos potentes hooks con ambas manos, pero esto sería poco antes de que Golovkin, con una combinación de rectos enlazada con cruzado zurdo y uppercut diestro culminada con un gancho al hígado, le obligase a poner la rodilla en la lona (impactando un golpe más después de que Lemieux tocase el suelo). El episodio terminaría poco después y el combate se prolongaría unos asaltos más, con Lemieux tratando de conectar a la desesperada más golpes de poder, pero el encuentro no sufriría variaciones, porque el campeón WBA hostigaría de forma continuada, aunque sin una gran intensidad, a su oponente. Más allá de algún duro cruzado y gancho de mano adelantada del canadiense, su invicto rival le alcanzaría con jabs y directos de derecha, uppercuts, ganchos al cuerpo y cruzados de ambas manos que llevarían al momento de la conclusión.
En el octavo episodio y tras un gancho al cuerpo seguido poco después por una fuerte derecha, Lemieux recibiría un nuevo hook zurdo al hígado que quebraría su resistencia de forma obvia, por lo que el árbitro apreciando ya que se estaba produciendo un castigo excesivo detuvo el combate. Así, por KO Técnico en el octavo round Gennady "GGG" Golovkin 34(31KO)-0 acumulaba su 21ª victoria consecutiva antes del límite, elevaba su porcentaje de knockouts al 91% y, lo que es más importante, se proclamaba campeón unificado WBA e IBF, contando además con el cinto interino WBC y el de campeón de un organismo menor. Su certificación de número 1 de la división, con todo, no llegaba por los cinturones, sino por su excelente actuación que, si bien no fue la más convencional en su boxeo, fue solidísima y sin a penas brechas, ejecutada ante un campeón mundial peligrosísimo como David Lemieux 34(31KO)-3(2). Sin tomar riesgos excesivos, y con algo menos de espectacularidad de lo que es habitual en su carrera, Golovkin manejó los tiempos de ataque y las distancias para, con un excelente jab acompañado sus temibles crochés, controlar tácticamente en todo momento una pelea que finalmente pudo concluir antes de tiempo por su enorme poder.
Con esta excelente imagen e insistiendo tras el combate en su deseo de unificar totalmente la división del peso medio, parece inevitable que Golovkin en el próximo año se mida al ganador del excelente cruce entre Miguel Cotto y Saúl Álvarez, surgiendo del vencedor de ambos cruces quizás el nuevo número 1 libra por libra y sin duda una figura histórica del peso medio.
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