Auditorio Municipal, Cabo San Lucas, México. Peso Supergallo.
Es mejor preparar un mundial con un exigente rodaje que hacerlo enfrentando a un boxeador muy asequible y que caiga en un par de asaltos sin ofrecer resistencia. Aun así, quizás la pelea fuese incluso demasiado exigente, dado que Juárez, que está a un paso del mundial WBO ante Donaire, se vio inmerso en una guerra de desgaste sin cuartel ante el durísimo filipino Pumicpic. Éste, sin amedrentarse por ser visitante o por enfrentar a un top 3, se lanzaría desesperado al ataque con combinaciones de hooks desde el inicio, obligando a Juárez a responder agresivamente para no ceder. Así, el mexicano conectaría ganchos, especialmente algunos muy potentes de mano adelantada, que llegaron a sacudir a su rival.
Igualmente, aunque Juárez demostró su superior boxeo, estaba claro que le incomodaba el excesivo desorden de su oponente, que demostraría con su incansable respuesta un elevado peligro, replicando incluso cuando Juárez lo puso a un paso de la derrota por KO Técnico con una larga serie de directos y ganchos. De todos modos, su mayor precisión, contundencia y frecuencia, así como la posesión de la iniciativa y su gran número de golpes de poder, le daban al local todos los asaltos. Aunque Pumicpic no paró de tirar manos, sobre todo curvos heterodoxos, Juárez lo llevaría repetidamente contra las cuerdas y descargaría contra él puños en gran número, hostigando de forma muy notable.
Así, se aseguraría el triunfo en las tarjetas de forma relativamente rápida, aunque Pumicpic conectaría, por ejemplo, uppercuts diestros de enorme potencia, que movieron la cabeza del valiente Juárez. Además, en el sexto asalto "The Beast" impactaría un cruzado de derecha a la contra que estremecería claramente a su adversario que, mostrando nuevamente su férrea resistencia a los golpes, reaccionaría e incluso, en el mismo round, derribaría con un jab a un Pumicpic mal posicionado. La pelea, que en ningún momento dejó de ofrecer intensos intercambios, algunos un tanto embarrados, pero casi todos muy interesantes, aumentaría de ritmo todavía más en el séptimo asalto, con Pumicpic conectando una descarnada e insistente combinación de hooks contestada brutalmente con directos por parte de Juárez.
Tras un error de la mesa al estimar el tiempo del séptimo round, que fue más largo de lo debido, y tras un octavo asalto que siguió la línea previa, en el episodio noveno y en el décimo Pumicpic cerraría la contienda de forma muy meritoria. Y es que, aguantando en buen estado a pesar del terrible castigo recibido, pasaría a la ofensiva y primero alcanzaría un tanto por sorpresa a Juárez y posteriormente lo dejaría tocado con un directo. A pesar de estos apuros finales, el triunfo de César Juárez 19(14KO)-5 era inevitable, llegando éste por tarjetas quizás demasiado ajustadas de 95-93, 96-93 y un más acorde 98-91. Sea como sea, el exretador mundial lograba una buena victoria, por ser lograda ante un boxeador que buscó el triunfo a la desesperada como si fuese su última y única oportunidad. En cualquier caso, Juárez mostró las mejores cualidades de su boxeo a pesar de excederse en su coraje y exponerse a peligrosísimos contragolpes. Una mención destacada merece también Pumicpic 18(6KO)-8-2, uno más de los filipinos contratados para ofrecer rodajes exigentes que terminó ofreciendo una pelea excepcionalmente dura a pesar del desorden y sus grandes defectos.
Quizás algunos puedan señalar que Juárez cometió muchos errores y que incluso fue estremecido, de modo que no se puede tener de él una consideración mejor que la que se pueda extraer de su compatriota, que combatía el mismo día, Cristian Mijares. Pero esto no es justo. Mientras que Juárez lo dio todo y no se guardó nada, arrollando con agresividad a su rival a pesar de la elevada resistencia encontrada, Mijares mostró una gran desidia combativa y se limitó a escoger los golpes para capturar los asaltos, evidenciando bastantes defectos y estando a punto de escapársele el triunfo. En cualquier caso, y respecto a las proyecciones sobre la carrera de Juárez, dado que éste es 2º sólo por detrás del mandatorio Magdaleno, en 2017 debería verse alzado al mundial, en el que nuevamente podría ofrecer una pelea como la disputada ante Donaire en diciembre de 2015: su defensa insuficientemente efectiva podría causarle grandes problemas por las veloces manos aisladas, pero su enorme encaje, tenacidad y ritmo podrían demoler a su oponente perfectamente, siendo por lo tanto inevitablemente una pelea emocionante y espectacular sin un resultado claramente previsible.
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