T-Mobile Arena, Las Vegas, Estados Unidos.
En juego el título NABF del peso semipesado.
Después de un primer asalto de intercambio de jabs, Chilemba empezaría a lanzar directos y hooks, aunque Gvozdyk se soltaría también y conectaría claros directos y ganchos de mano adelantada, con mucha mayor soltura que Kovalev cuando enfrentó a este mismo rival. Es cierto que en parte esto fue debido a que Chilemba, no tan amedrentado al no conocer el peligro del ucraniano, se mantuvo más en el centro del ring, pero resulta innegable que la variedad de recursos de Gvozdyk, muy superior a la de casi cualquier púgil de la división, jugó un papel importantísimo. Así, el bronce olímpico haría parecer fácil lo difícil, conectando hooks y directos aislados o en combinación.
Además, el trabajo defensivo de Gvozdyk era sensacional, haciendo fallar muchísimo a su oponente, que en el cuarto asalto se vería sorprendido y conducido contra las cuerdas, donde recibiría decenas de golpes sin respuesta. Buena parte de ellos fueron bloqueados y "Golden Boy" pudo aprovechar el cansancio momentáneo de Gvozdyk para pasar al ataque, pero se vio detenido por los contragolpes de su rival. Quizás el mejor golpe de Chilemba en la contienda llegaría con un directo muy claro en el quinto round, aunque tanto en ese asalto como en el siguiente Gvozdyk comenzaría a dominar de forma todavía más solvente, desestabilizando al púgil de Malawi con un hook zurdo, llevándolo al ensogado e impactando combinaciones de directos como 1-2 y 2-1.
Desde el inicio la velocidad del invicto europeo era claramente superior, aspecto que se acrecentó ahora que Chilemba estaba viéndose seriamente hostigado, tanto que sólo evitaba males mayores con su gran defensa, cerrando su guardia y agachándose. Los bloqueos del exretador fueron superados con astucia por parte de Gvozdyk, que aguardaría a que bajase las manos para impactar sus puños. Aunque estaba en una situación crítica, Chilemba todavía movería a su rival con una derecha a la contra en el octavo asalto, pero esta sería su última reacción. A pesar de ello, Chilemba estaba muy desgastado, pareciendo necesario que abandonase, teniendo la cara muy enrojecida y recibiendo combinaciones y manos aisladas sin respuesta desde todas las trayectorias y muchas veces encerrado en las cuerdas.
Dado que el africano estaba muy mermado y casi no podía alzar ya su guardia, en el descanso entre el octavo y el noveno episodio su equipo decidía que abandonase el encuentro, surgiendo así Oleksandr Gvozdyk 12(10KO)-0 como ganador. El motivo dado para el abandono fue una supuesta lesión en la mano derecha de Chilemba, pero realmente esto no pudo apreciarse de forma incuestionable, ya que incluso en el octavo round impactó su diestra con gran potencia. Del mismo modo, el castigo recibido fue tremendo, quizás incluso superior al que se vio sometido éste púgil ante Kovalev, por lo que en ningún caso puede ser desacertada la decisión de la esquina, al contrario. En cualquier caso, la actuación de Gvozdyk fue simplemente sensacional, aprovechando los huecos defensivos por mínimos que éstos fueran para impactar combinaciones con facilidad, siendo ayudado por una gran fluidez de desplazamiento, una apreciable velocidad y una precisión difícilmente igualable. Puede quedar la duda de, si la lesión de Chilemba es real, qué habría pasado si hubiese podido combatir en perfectas condiciones, pero resulta complicado de creer que hubiese logrado imponerse a la infinidad de recursos del ucraniano.
Es por todo ello que Gvozdyk se afianza definitivamente como uno de los tres mejores aspirantes de la categoría en la actualidad junto a Beterbiev y Bivol, por lo que, teniendo un boxeo muchísimo más completo que el de Sergey Kovalev, en sus manos estará cuestionar la inmerecida hegemonía establecida ahora por Andre Ward en la división, si es que éste no pierde en la revancha ante el excampeón unificado ruso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario