Salle des Etoilles, Monte Carlo, Mónaco.
En juego el título WBA Intercontinental del peso pesado.
Decepcionante pelea que no cumplió con las expectativas, ya que si bien se esperaba que Ortiz venciese con muchísima amplitud, y eso se cumplió, el choque estuvo falto de espectacularidad, siendo esto culpa esencialmente de un Scott que sólo se preocupó por evitar el knockout. Una muestra de ello nos la da el conteo computerizado, según el cual Scott sólo lanzó 155 puños e impactó 45 (casi ninguno de ellos golpes de poder), cifra triplicada por el cubano.
En cualquier caso, el estadounidense le dio un nuevo sentido a la frase correr el ring, arrancando el choque desplazándose a toda velocidad sin preocuparse por lanzar manos. A su vez Ortiz, que gesticulaba pidiendo a Scott que pelease, le perseguía y lanzaba algunos jabs y directos para asegurarse round tras round sin dejar ninguna duda pero sin la explosividad de anteriores enfrentamientos. A pesar de que el tercer hombre le pidió a Scott que mostrase más combatividad, éste no modificó su plan, tirando poquísimos golpes, acertando sólo algún aisladísimo directo o jab a la contra. En cambio, "King Kong", aunque no arrollaba, anotaba golpes de poder con relativa frecuencia, destacando abiertos cruzados, uno de los cuales, en el tercer round, sacudió a su rival.
Si bien Ortiz no paró de perseguir a su oponente, y a veces corrió algo para alcanzarlo, tampoco quería tomar riesgos innecesarios cuando estaba ganando la pelea con total sencillez y sin sufrir castigo, por lo que durante mucha parte del duelo se limitó a anotar sus manos, por ejemplo, con combinaciones de directos en variación de altura, para puntuar y no para noquear. Aun así, en el cuarto episodio, cuando Scott trató de entrar en clinch, el extitular interino insistiría con un hook zurdo que derribaría a su adversario. Éste tardó mucho en levantarse y el árbitro pudo haber decretado el KO Técnico, pero contó con enorme lentitud e incluso amagó con ayudarle a alzarse.
La actuación de Scott estaba cercana a lo patético, algo que sólo pretendió disipar, sin conseguirlo, con algún hook al cuerpo y algún preciso directo, algo rápidamente olvidado tras un nuevo knockdown en el quinto episodio después de encajar una dura izquierda recta al mentón. Con todo, siguió en la pelea, debiéndose ello en parte a que Ortiz daba pasos atrás tras lanzar sus combinaciones y no insistía en su hostigamiento. Inesperadamente, en el sexto asalto, Ortiz se vería desestabilizado, pero esto no fue debido a un contragolpe, como pareció en directo, sino por un cabezazo que Scott le propinó involuntariamente. Llegado el choque al último cuarto, la pelea siguió la tediosa tónica precedente. Ortiz lanzaría alguna combinación de uppercut y hook y Scott frenaría un tanto su desplazamiento por el desgaste, pero al cubano le faltaba la agresividad de otros combates y la voluntad de querer brillar. Finalmente, el deslucido choque llegó a su fin, siendo lo más destacable de la pugna un fenomenal knockdown que se anotó Luis Ortiz 26(22KO)-0 en el noveno episodio, cuando esquivando una derecha de Scott impactó un hook zurdo al hígado.
Las cartulinas de 120-105 doble y 119-106 favorables a Ortiz certificaron su triunfo y cerraron el que puede ser uno de los peores combates de su trayectoria, en el que su rival no se prestó a ofrecer una buena pelea pero en el cual él tampoco hizo lo suficiente para compensarlo con combatividad. Aun así, Ortiz superó este rodaje y, tras ocho meses fuera de los rings, se habrá sacudido la inactividad, estando preparado para encarar próximamente un duelo ante un rival de la cumbre. Dado que Joshua, después de enfrentarse a Molina, estará centrado en Klitschko, y puesto que el promotor del británico y de Ortiz intentará que ambos estén en las mejores condiciones de cara a un enfrentamiento entre los dos, el acceso al mundial directo quedará aplazado hasta la segunda mitad de 2017, como mínimo. Por ello, quizás la mejor opción de Ortiz sea esperar a que se produzca el combate Ustinov-Haye o Ustinov-Charr por el título interino WBA y, en el caso de que no gane el ruso, intentar retar al nuevo campeón para reengancharse al proceso de reducción de monarcas de la Asociación.
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