Thomas & Mack Center, Las Vegas, Estados Unidos.
Campeonato mundial WBO del peso supergallo. Defensa mandatoria y segunda puesta en juego del campeón Donaire.
Después de ser demolido por Walters y casi arrollado por César Juárez, todo parecía indicar que Donaire se encontraba en una cuesta abajo en su rendimiento y que un Magdaleno muy habilidoso podría destronarlo. Pues así fue, dado que el filipino ya ni siquiera se parece al púgil de años atrás, capaz de fulminar a cualquier oponente, siendo ahora en cambio lento y, a consecuencia de ello, aparentemente sin recursos. Por su parte, Magdaleno sabía perfectamente que es lo que debía hacer y lo hizo con firmeza y determinación, manteniéndose muy dinámico por el exterior del ring, realizando rápidas entradas y salidas con su directo zurdo y su gancho de mano derecha.
El campeón, en cambio, estaba muy falto de ritmo y muy impreciso y, salvo algún directo diestro peligroso, le costaba demasiado conectar sus manos. De vez en cuando "The Filipino Flash" intensificaría su avance, pero los ágiles pasos de su rival, sus contragolpes en gancho al rostro y, en el último de los casos, entradas en clinch, evitaban que Magdaleno quedase encerrado. Alcanzado el sexto episodio la táctica dinámica del retador había dado buenos resultados, aunque los potentes hooks aislados de Donaire le permitieron capturar el suficiente número de rounds para seguir en la pugna. Con todo, desde el citado asalto, en el que el campeón sería movido por un gancho diestro, la ventaja de Magdaleno se ensancharía.
Los giros hacia su propia derecha del zurdo estadounidense añadían más dificultad a la empresa de Donaire, que aunque probó sus habituales cambios de línea de ataque, ahora eran tan lentos que no tenían ningún efecto. Del mismo modo, su tendencia a fijar el golpeo al torso tampoco le dio resultados, ya que no tenía ni la frecuencia ni la insistencia necesarías. Llegada la pelea al noveno round la diferencia era casi insalvable, de modo que Donaire arriesgó y llevó a las cuerdas a su adversario, pero éste lo estremecería con un hook diestro a la contra que condujo al propio titular mundial contra otra parte del ensogado, recibiendo un notable número de ganchos sin respuesta.
Con ello el resultado del choque pareció casi sentenciado, pero Donaire todavía tiraría de su pegada para sorprender a Magdaleno con una derecha directa y demostrar que no estaba batido aún. Es más, en los dos últimos rounds el filipino se la jugaría y buscaría golpes de poder decisivos, dando y recibiendo, aunque en el doceavo asalto su derecha recta llegaría repetidas veces y con elevada potencia. Demasiado tarde llegaba ya esta reacción, puesto que, terminado el combate, los jueces dieron la victoria por decisión unánime a Jessie Magdaleno 24(17KO)-0, que se coronaba campeón mundial WBO del peso supergallo. Las cartulinas fueron de 116-112 doble y 118-110, siendo la puntuación de Bastión Boxeo de 116-112 a favor de Magdaleno. Donaire 37(24KO)-4(1) protestó vehementemente el veredicto, considerando que él era el justo vencedor, pero esto simplemente no es cierto y la victoria del aspirante fue tan obvia que esta reclamación del ahora excampeón parecen ser más un intento de conservar su prestigio que un verdadero análisis de los sucedido. En realidad con quien debería estar enfadado Donaire es consigo mismo, por no ser ya el púgil de inaguantable ritmo combativo que martirizaba sin descanso a sus oponentes hasta quebrarlos.
En un caso relativamente similar al de Pacquiao, algunos afirmarán que el paso del tiempo ha hecho perder facultades a Donaire, pero en todo caso el causante de ello sería el desmedido aumento de peso que éste, en el pasado peso mosca, ha experimentado. Además, la diferencia sustancial está en sus oponentes, dado que antes Donaire era más alto para la categoría y recuperaba muchísimo peso tras el pesaje, mientras que ahora se encuentra ante rivales de su tamaño y estatura, coincidiendo esto con su propia perdida de velocidad por el paso del tiempo y la ganancia de kilos. En cualquier caso, aunque Donaire ya no es lo que era y difícilmente volverá a parecerse a lo que fue, no se pueden restar méritos a Magdaleno, que desplegó una táctica realmente acertada y la explotó a la perfección, dominando a un oponente muy experimentado y resistiendo todavía sus poderosos ataques, de modo que surge como un nuevo campeón de gran proyección en la división.
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