Meadowbank Sports Center, Edimburgo, Reino Unido.
En juego el cinturón vacante de campeón británico del peso pesado.
Dado que Cornish contaba de su lado con una notable ventaja en altura y alcance aprovecharía esto inicialmente para tratar de mantenerse a distancia e imponer su jab y su dura derecha. Por su parte, Sexton realizaba arremetidas desordenadas que le valieron recibir algunos contragolpes claros sin que pudiese ofrecer efectividad ofensiva, aunque provocó un corte por cabezazo involuntario sobre la ceja izquierda de Cornish. De todos modos, el corte fue cerrado y el púgil no se descentró, por lo que pudo seguir imponiendo su longitud de brazos y su elevada altura para neutralizar el afán ofensivo de Sexton, al que además evitaba con desplazamientos y con esquivas y bloqueos.
Así, Cornish parecía estar en control de la pugna, más aún cuando impactó en el quinto asalto una temible derecha que estremeció a Sexton y le hizo pasar por algunos serios momentos de apuro. Quizás por este incidente, Sexton se hizo plenamente consciente de que necesitaba reaccionar, de modo que en ese mismo round y en los siguientes lanzaría toscas pero efectivas combinaciones de abiertos ganchos que le metieron en la pugna. Tanto en el séptimo como en el octavo episodio “Highlander” Cornish usó su jab y su 1-2 para contener este intento de recuperación, pero en el último tramo de la contienda Sexton repitió sus ofensivas en hooks para capturar rounds, incluso a pesar de volver a ser desequilibrado por los derechazos de su oponente.
Finalmente, la pugna llegó a un decisivo último round en el que Sexton trató de hostigar a su rival y fue él quien terminó atacado duramente a la vez que acusaba importante desgaste. Terminado el campeonato británico, aunque Sexton había tenido una mejor segunda mitad, si se puntuaba round por round independientemente Gary Cornish 24(12KO)-2(1) parecía merecedor de la victoria y del cinturón nacional, pero los jueces le otorgaron el triunfo unánime a Sam Sexton 24(9KO)-3(3) con puntuaciones de 116-114, 116-113 y 115-114. Una vez más, la posesión de la iniciativa, por si sola, valió para que un boxeador se hiciese con una victoria que no merecía, menos aún con una tarjeta de 116-113. Desafortunadamente cada vez parece más asentada esa tendencia en los jueces a sobrevalorar la presión de los púgiles, cosa que sólo hace que agravarse cuando se producen rounds igualados. Dejando de lado otros combates y centrándonos en este, Cornish dominó asalto por asalto toda la primera mitad, ya que sus golpes fueron más claros y evitó muchos de los puños de su rival, que no tuvo una agresividad efectiva en absoluto. En la segunda parte, la situación estuvo más repartida, aunque Cornish pareció hacer lo suficiente para asegurarse el triunfo.
Sea como sea, tras haber sufrido dos derrotas ante Dereck Chisora y una más ante David Price, Sam Sexton conseguía el premio a sus esfuerzos durante doce años, todo ello a la vez que debería verse alzado a un enfrentamiento ante un peso pesado de la élite británica, encuentro que no podrá ganar por su falta de solidez, técnica y recursos. Por su parte, después de su derrota en un round ante Joshua, Cornish tenía que demostrar que tenía capacidad para medirse a la cumbre nacional y aspirar al top 15 mundial y no lo logró sobre el papel, pero tampoco en las acciones. Tuvo diversas ocasiones para buscar la ruptura de la pugna y no las aprovechó, mientras que con el paso de los episodios abandonó su jab y su frecuencia de golpeo se diluyó, por lo que si bien podría haberse hecho con este título y podría ganar a algunos púgiles de nivel medio-alto o incluso algún top 15 que no merece su posición, su boxeo está falto de contundencia sostenida y de regularidad combativa y su capacidad para realizar ajustes es nula, así que será realmente complicado que pueda despuntar con un triunfo ante un rival insigne del circuito británico.
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