Estadio Obras Sanitarias, Buenos Aires, Argentina.
Eliminatoria final WBO del peso gallo.
En el inicio el enfrentamiento tuvo una igualdad apreciable a pesar de que Potapov poseía la iniciativa y tenía cierto empeño ofensivo, dado que su efectividad y su cadencia de golpeo no eran demasiado elevadas, anotando algunos directos pero viéndose incomodado por los desplazamientos de Narváez, que anotaba algunos contragolpes en gancho zurdo bastante precisos. De todos modos, la tendencia de la pelea era favorable al boxeador ruso, que trabajaba más y llegaba con más golpes, siendo algo más constante con su 1-2 y su directo de derecha. Pese a ello, Potapov consumía demasiada energía haciendo movimientos innecesarios e incesantes, como continuos saltos que la mayoría de veces no eran la antesala de ningún ataque.
Tras el comienzo de moderada intensidad del argentino, que poco a poco fue anotando su directo zurdo pero que se había mantenido demasiado expectante, éste daría un cambio decisivo a la pugna en el quinto episodio, en el que con tenaces ofensivas con ganchos al cuerpo menoscabó rápidamente al visitante, que tuvo una evidente merma de rendimiento, quedando expuesto y sin respuesta contundente a los ganchos al rostro lanzados por “El Huracán”. En el siguiente episodio Potapov intentó mantener el centro del ring y lanzar algunos ataques disuasorios, pero la pelea había superado ya un punto de inflexión decisivo, no siendo capaz el ruso de mantener el ritmo ahora exigido por el excampeón, que lo hostigó con directos y hooks minuto tras minuto. Finalmente, el momento culminante llegó en el séptimo episodio, en el que Potapov ya no tenía nada de fuerza, mostrándose verdaderamente exhausto y desgastado, y Narváez dominó plenamente las acciones.
Así, siendo casi imposible ya la recuperación, ni siquiera con un segundo aire, el equipo de Potapov 17(8KO)-1(1)-1 decidía abandonar en el descanso entre el séptimo y el octavo episodio, logrando la victoria Omar Narváez 47(25KO)-2(1)-2 y con ella el acceso como aspirante obligatorio al campeonato mundial WBO del peso gallo. Aunque Potapov llegaba a la pugna como invicto, si bien tras algunos controvertidos resultados, sobre el ring demostró no estar listo para el asalto mundial por falta de eficiencia ofensiva y carencia de control sobre el ritmo de la pugna y sobre su propia energía. Respecto a este último punto, no se puede saber si su preparación física fue inadecuada, si sufre demasiado para dar el peso gallo, si los innecesarios saltos le restaron fuerzas, si el potente trabajo al cuerpo realizado por Narváez tuvo un efecto tan veloz como demoledor o si le afectó una suma de varios de estos factores. En cualquier caso, el veterano argentino, solamente tuvo que contener su acometividad durante los primeros asaltos antes de lanzar un firme ataque que de forma fugaz diluyó las opciones de un Potapov desgastado con facilidad.
Sea como sea, aunque la actuación de Narváez en cuanto al aprovechamiento de sus habilidades y en cuanto a explotar los puntos débiles de su rival fue intachable, quizás el reto que tiene ahora delante sea demasiado complicado, no para él, sino para cualquier peso gallo actual. Y es que el sudafricano Zolani Tete, el monarca al que deberá retar, es un púgil temible, potente, veloz y preciso hasta el extremo, como demostró ante Paul Butler, al que desarboló completamente a pesar de ser éste un púgil muy sólido. Así, quizás la enorme experiencia de Narváez, su resistencia y su heterodoxia, además de la ambición de coronarse en una nueva división, puedan darle una buena oportunidad, pero Tete será favorito para retener su cetro por sus fenomenales cualidades y su altura superior en 16 cm y sus 20 cm más de alcance.
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