The Hydro, Glasgow, Reino Unido.
En juego el título británico vacante del peso pesado.
Con una clara ventaja en alcance y un manejo del jab eminentemente superior, Whyte no tuvo muchos problemas para poder dominar los rounds, más aún teniendo en cuenta que Lewison, que presentaba un estado de forma muy deficiente, no paró de bajar los brazos absurdamente. Con el directo de mano adelantada al exretador mundial le bastaba para apuntar al triunfo, pero tuvo que apoyarse en el contragolpe ante un Lewison más bajo y tosco que buscó el triunfo acortando la distancia y lanzando hooks. En cualquier caso, la presión de éste no era suficiente para incomodar seriamente a Whyte, que usaría sus pasos para realizar esquivas y para quedar mejor situado de cara a sus ofensivas.
De todos modos, Whyte no podía ofrecer una continuidad táctica, recurriendo a veces a tomar la iniciativa para desecharla en otras ocasiones, siendo esto básicamente debido a la falta de persistencia de su adversario. Si bien no podía sostener ofensivas decisivas, los innumerables jabs lanzados por Whyte y sus combinaciones de ganchos, sobre todo al cuerpo, fueron bastante efectivos, desgastando periódicamente a un Lewison que tenía menos contundencia y claridad en su golpeo y que sólo con el hook zurdo aislado tenia éxito salteadamente. Aun así, el menos fogueado Lewison aguantaría en la pelea y daría lo que podía, capturando con tenacidad el quinto asalto.
Igualmente, su coraje no era suficiente, puesto que, aunque su única opción de victoria era pelear en la distancia corta, su condición física inadecuada y los jabs, directos, ganchos de izquierda y uppercuts de Whyte le frenaban y ponían más de manifiesto el dominio de éste. Así era inevitable que Lewison se desmoronase, aunque antes de ello ofreció un magnífico noveno episodio en el que impactó clarísimos y duros uppercuts y hooks que sorprendieron a su adversario. Con todo, en el décimo asalto el castigo propinado por Whyte con su martilleante jab y sus hooks sin respuesta obligaron al equipo de Lewison a abandonar en el descanso entre el décimo y el onceavo episodio. Por ello, Dillian Whyte 19(15KO)-1(1) se proclamaba campeón británico del peso pesado por primera vez en su carrera y consolidaba su recuperación con la tercera victoria consecutiva desde que perdiera ante el campeón Anthony Joshua.
Es obvio que Whyte no es el tipo de boxeador que puede ser considerado uno de los principales candidatos en el peso pesado actual a una coronación o a un largo reinado. Aun así, es lo suficientemente competente y completo como para ser un púgil cercano al nivel de la élite o al menos un top 15 y una piedra de toque del máximo nivel. Y es que es bueno en defensa, bueno en ataque, tiene pegada, precisión y un buen estado de forma, aunque en ninguno de estos ámbitos específicos resulta magnífico, del mismo modo que no es excesivamente alto. Sea como sea, su promotora sabe que tiene un púgil de calidad al que pueden medir a más de media docena de top 15 partiendo como favorito, por lo que, ahora que podría entrar en la cumbre del ranking WBC y WBO, resultará inevitable que Whyte vuelva a verse inmerso en una prueba de fuego contra un rival de nivel alto que sea el escalón previo a situarse en la pugna por la eliminatoria o el mundial.
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