Gimnasio de Usos Múltiples G2, Ciudad de México, México.
Campeonato mundial WBA femenino del peso mínimo. Octava puesta en juego de la monarca Ortiz.
Aunque en gran parte Rengifo erró sus golpes por los pasos atrás de la campeona, su inicio no fue malo, lanzando un buen número de curvos abiertos contra una Ortiz poco activa. De todas formas, en el segundo asalto el trabajo continuado de "La Avispa" con series de ganchos abajo y luego arriba superó claramente a la retadora. Pronto quedó firmemente asentada la diferencia entre ambas, con Rengifo mucho menos precisa y potente en su golpeo y con la mexicana trabajando con insistencia y con una elevada efectividad y contundencia.
Desde antes del ecuador, Ortiz empezó a conseguir una ventaja crucial, conectando durísimos 1-2 e insistiendo mucho con los ganchos al cuerpo, mientras Rengifo, que sólo impactaba con claridad algunos hooks zurdos, cada vez se veía más desdibujada. Además, desde el séptimo asalto el desgaste de la venezolana pareció evidente, cuando el acumulado golpeo recibido en el torso se junto con potentísimos directos. Por ello, Rengifo recurrió al desplazamiento lateral para evitar males mayores, aunque igualmente sería alcanzada por duros hooks abajo y arriba que la dejaron tocada. Finalmente, tras un décimo round con algunos desordenados intercambios, el choque llegaría a una lectura de cartulinas que con 99-91, 98-92 y 96-94 le dieron el triunfo a Anabel "Avispa" Ortiz 23(4KO)-3(1), que retenía por octava vez su cetro mundial y se asentaba aún más como número 1 indiscutible de la categoría.
Si Rengifo 7(3KO)-3(1)-1 se hubiese centrado más en escoger golpes decisivos que en igualar la frecuencia de su rival, habría logrado emparejar más las acciones, dado que no posee mala técnica o desplazamiento. Con todo, siendo muy poco eficaz con sus puños permitió que una Ortiz muchísimo más experimentada y sólida no tuviese a penas dificultades para, aprovechando su desorden, conseguir un triunfo incuestionable. En cualquier caso, no se puede culpar a Rengifo por ser ampliamente superada por la mejor peso mínimo de la actualidad, una Ortiz que cada vez tendrá más problemas para encontrar rivales a su altura en la categoría. Esto ya quedó patente el pasado año pero cada vez se acentuará más a medida que vaya realizando nuevas defensas. Ahora mismo, parece inevitable que, si Ortiz quiere dejar su nombre en la historia del boxeo femenino, ascienda a un peso minimosca con mucho más nivel. De lo contrario, no tienen sentido las defensas ante rivales asequibles, ya que Ortiz está sobradamente preparada para buscar peleas mucho más exigentes ante las campeonas Kuroki o Ikehara (quizás también Koseki si sube del peso átomo) o ante ranqueadas de calidad como Cai Zhong Ju o Saemi Hanagata.
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