The Hydro, Glasgow, Reino Unido.
Campeonato mundial regular WBA del peso superligero. Defensa mandatoria del campeón Burns y 1ª puesta en juego de su cinturón.
Estando el acuerdo casi cerrado para que Burns se mida a Broner en diciembre, los jueces se vieron empujados misteriosamente a una controvertidísima victoria del campeón británico que, a pesar de ser antes del duelo abrumador favorito y ser considerada su victoria inevitable, no estuvo a la altura de un boxeador sin experiencia de nivel ni defensa pero que hizo más que suficiente para ganar. Si bien Relikh avanzaba demasiado frontal y su guardia era bastante tenue, dio desde el inicio todo lo que tenía, presionando con insistencia ante un Burns que corrió el ring sin apoyarse ofensivamente en casi nada. Por ello, era imposible no darle los rounds al aspirante que, con gran tosquedad, lanzaba directos, uppercuts o ganchos de mano adelantada.
Por momentos resultó difícil de creer que eso fuese un campeonato mundial, con ambos errando golpes sencillos y desordenándose totalmente en la distancia corta, pero lo que no era cuestionable es que Burns erraba casi todos sus directos ante un Relikh que trabajaba con hooks al cuerpo, combos de ganchos al rostro y directos aislados y que también se imponía en los cruces de golpes que se producían. Sólo se podía dar un considerable número de rounds a Burns si, por ejemplo, se pasaban por alto una decena de golpes del bielorruso y se contaba como superior un único directo claro a final de round por parte del local. Pero ni aún así es fácil justificar las cartulinas de los jueces.
Los únicos tramos del enfrentamiento en los que Burns lo hizo mejor que su rival fueron el quinto, octavo y noveno episodio, siendo esto debido a que la casi inexistente defensa de Relikh y sus descuidos abrieron la puerta a clarísimos golpes de poder en directo, 1-2 y hook zurdo. Aun así, ni siquiera en estos momento el control de local fue completo, ya que en el quinto asalto "Rickster" fue estremecido por un gancho zurdo de su rival. De todos modos, lo que hizo el combate más polémico fue la conclusión, en la que el retador pareció confirmar su triunfo. Tanto en el décimo como en el onceavo y el doceavo episodio, Burns se vio en apuros notables como consecuencia de ganchos de mano adelantada primero y posteriormente por una combinación de curvos y rectos contra las cuerdas. Pero sería en el round final cuando todo quedó aún más claro, puesto que Relikh impactó un hook diestro acompañado por otros ganchos más que llevaron a la lona a Burns, aunque el árbitro increíblemente no realizó cuenta y contó la acción como un empujón.
Esto fue el elemento premonitorio del robo que iba a padecer Kiryl Relikh 21(19KO)-1, que finalmente sería derrotado por decisión unánime con cartulinas de doble 116-112 y un 118-110 que debería ser motivo de una investigación por parte de la WBA, aunque ésta no la hará. Ni siquiera los fans más acérrimos de Ricky Burns 41(14KO)-5-1 pueden negar, ni lo hacen, que las cartulinas son cuestionables y que, según ellos, la pelea estuvo muy ajustada, aunque quizás ganada por el británico por un ápice. Pero todo espectador imparcial pude ver fácilmente como Relikh se hizo con la victoria de forma bastante amplia. La puntuación de Bastión Boxeo es de 117-110 a favor de Relikh. Dejando al margen una nueva polémica más en cartulinas concernientes a un boxeador emplazado a un gran combate posterior, el duelo demuestra principalmente dos cosas: que, aunque se debe respeto a todo boxeador y campeón porque este es un deporte durísimo y sumamente exigente, el hecho de que haya cuatro titulares por división hace que haya monarcas que simplemente no merecen serlo porque no tienen las suficientes cualidades, no se encuentran en el adecuado estado de forma o porque no pasan por el mejor momento en su carrera. El otro hecho que queda de manifiesto es que Burns difícilmente podrá medirse a un rival de la élite sin ser ampliamente desdibujado, por lo que Broner, aunque tiene también muchos defectos, no debería tener problemas para batirlo. Y es que si un Relikh sin defensa, que caminaba frontal y sin bagaje de ring lo hizo mejor que Burns, cualquier púgil de nivel alto podría apuntar incluso al knockout contra este campeón.
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