miércoles, 25 de octubre de 2017

Joe Joyce – Ian Lewison (20/10/2017)

Indigo at the O2, Londres, Reino Unido. Peso Pesado.

Obviamente, siendo su duelo de debut, resultaría osado y absurdo hacer proyecciones demasiado amplias y aseverar con rotundidad hacia dónde va a encaminarse su carrera, siendo igualmente inapropiado sacar lecturas demasiado profundas sobre su boxeo. Aun así, el debut de Joe Joyce, de quien se asegura que será una brillante estrella del pugilismo, no fue excelente, ni siquiera notable, ni tan sólo bueno, sino que fue bastante mediocre y dejó muy malas sensaciones en diversos aspectos técnicos de su boxeo, algo realmente increíble hablando de un plata olímpico.

Puede que los nervios lógicos por iniciar su carrera profesional jugasen un importante papel, pero el hecho es que su arranque fue precipitado y su jab inefectivo, lanzando sus golpes en trayectorias totalmente erradas y muchas veces con pésimas ejecuciones. Además, un Lewison de cierta experiencia pero 10 cm más bajo y en un estado de forma pésimo le alcanzaría con heterodoxos golpes curvos abiertos que Joyce no supo evitar. De todos modos, Joyce, empujado por su ambición, marcaría pronto algún 1-2, su gancho de mano adelantada y algunos golpes de poder más ante un Lewison que ya en el segundo asalto estaba sin fuerzas y que por su exceso de peso se veía obligado a quedarse estático en las cuerdas.

Con todo, si bien cualquier otro prospecto se habría desecho de su inmóvil y agotado rival con sencillez, Joyce dudó, encajó duros hooks en salteadas arremetidas y mostró un mal posicionamiento de piernas junto a golpes de escaso recorrido. En cualquier caso, el elemento más extraño del boxeo del prometedor debutante llegaría en el cuarto episodio cuando, estando su rival encerrado contras las cuerdas, Joyce lanzaría incesantes golpes, varias decenas, pero todos ellos con su mano izquierda. Usó su jab de izquierda, su uppercut de izquierda, su gancho de izquierda arriba y abajo, todos en enorme número, pero no sacó a penas ninguna derecha y cuando lo hizo lo hizo sin potencia ni confianza. Dado que no se ha hablado de ninguna lesión en su mano diestra esto cuesta todavía más de entender. Quizás, alguien pueda pensar, dándole el beneficio de la duda, que recurrió sólo a su mano izquierda para agravar el inflamado ojo derecho de su rival, pero insistir con tanto descaro y sin variación parece un error táctico claro. Además, antes de que el ojo de Lewison presentase un mal estado y mientras ambos boxeaban con espacios tampoco utilizó su mano derecha, y cuando lo hizo su efectividad fue bajísima.

Sea como sea, con su oponente en serios apuros, Joyce pudo tomarse con calma los siguientes rounds, caminando más, evitando algunas manos previsibles y marcando algunos ganchos y jabs, llegando a realizar algún gesto chulesco. Finalmente, en el octavo asalto un gancho, obviamente zurdo, derribó a Lewison, aunque el árbitro pensó que había caído sin golpe y no realizó cuenta. De todos modos, Joyce sólo tuvo que presionar algo con su hook (de izquierda, claro) acompañado de algunas débiles derechas para que la esquina de Lewison lanzase la toalla para poner fin al combate.

De esa forma terminó un combate que ha sido acogido por la prensa británica y estadounidense como una sensacional actuación del debutante Joe Joyce 1(1KO)-0, del cual algunos dicen ya que será un brillante campeón mundial y que está destinado a hacerse un hueco en la historia de la división. Sin duda, criticar con demasiada dureza a un debutante resultaría desacertado, pero compararlo con los iconos de la categoría después de esta a penas correcta actuación resulta ridículo y poco menos que una verdadera locura. Habiendo sido esta su primera subida a un ring como profesional, es de esperar que se produzca una evolución y que los errores puedan ser pulidos. Con todo, Joyce es un púgil con más de diez años de experiencia en el boxeo amateur y que por su tardía edad de debut no tiene el mayor de los tiempos para maniobrar, por lo que será algo complicado que pueda modificar su boxeo de forma crucial. Por ello, ahora mismo, y si lo comparamos con los demás insignes prospectos a penas iniciados en el peso pesado profesional, está varios peldaños por debajo, siendo especialmente grave comparar su técnica con la de la gran mayoría de los destacados amateurs de cualquiera de las divisiones. Evidentemente, su gran altura (casi 2 metros) y su peso de 115 kg le permitirán imponerse a un gran número de boxeadores por sí mismos, y su bagaje en el boxeo aficionado debería ayudarle en su empeño, pero si bien es lógico que su promotor, David Haye, diga que fue un debut perfecto, no lo es en absoluto que los medios especializados sobrevaloren su logro, debiendo tomarse con más cautela su presente y, sobre todo, su futuro.

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