La confirmación oficial de la pelea entre Carl Frampton y Leo Santa Cruz, interesantísimo duelo que tendrá repercusiones cruciales en la división del peso pluma (categoría en la que estará pactado), ha tenido consecuencias inmediatas para la corona IBF del peso supergallo. Y es que Frampton ha tenido que dejar vacante este cinturón para poder acceder al combate ante Santa Cruz. Así, de forma directa, la semieliminatoria (por el 2º puesto en el ranking) del pasado viernes entre Jonathan Guzmán y Daniel Rosas ha adquirido inesperadamente la condición de eliminatoria final.
Y es que al capturar el triunfo, el noqueador dominicano Jonathan Guzmán 21(21KO)-0 quedaba situado como uno de los dos boxeadores mejor clasificados y, por ello, se veía nombrado como aspirante al título mundial vacante. Por otro lado, dado que Frampton tenía un retador mandatorio por la Federación, el japonés Shingo Wake 20(12KO)-4-2 (que ganó con anterioridad en eliminatoria final a Mike Tawatchai), éste ha sido designado también como retador al cetro sin dueño. De esta forma, Wake y Guzmán deberán empezar ahora el proceso de negociación para la disputa del mundial IBF supergallo, pelea en la cual el segundo de ambos partirá como amplio favorito: aunque Wake es un muy buen púgil además de campeón OPBF con cinco defensas, la demoledora pegada de Guzmán, que acompaña a sus formidables recursos y a su gran precisión, le hará partir con grandes posibilidades de triunfo.
Respecto a las consecuencias del enfrentamiento mundialista, si Wake gana este choque probablemente no pasará a ser una figurada destacada de la categoría, algo claramente injusto pero inevitable por diversos factores. Con todo, si el que gana el combate es Guzmán, y sobre todo si lo hace manteniendo su 100% de triunfos antes del límite, este invicto púgil pasará a ser una estrella de la categoría que empezará a tenerse muy en cuenta de cara a sensacionales peleas futuras.
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