T-Mobile Arena, Las Vegas, Estados Unidos.
En juego el título WBO NABO del peso medio.
Llegando ambos de derrotas antes del límite, este era el momento para que demostrasen que sus cualidades eran suficientes como para regresar a la cumbre de las listas con una victoria notable en un gran evento. Pues bien, como era lógico, sólo unos de ambos pudo lograrlo, aunque el perdedor no emparejó suficiente las acciones como para que se le siga teniendo en cuenta como un aspirante a formar parte de la élite, mientras que el vencedor ofreció una arrolladora actuación. En el inicio, Tapia pareció haber encontrado la forma de batir a su oponente, puesto que permaneciendo móvil y estableciendo el jab contuvo a un Lemieux con menor altura y envergadura y que, como puso de manifiesto ante Golovkin, tiene problemas para adaptarse a este tipo de boxeo. Con todo, en un error trascendental, Tapia dejaría pronto de lanzar su jab, por lo que el canadiense acortaría la distancia y comenzaría su trabajo de demolición impactando durísimos hooks zurdos, uppercuts de esta misma mano y derechas rectas, que resultaban una clara amenaza teniendo en cuenta el mermado encaje de Tapia (perdió en cuatro asaltos ante Soro y en seis ante Kirkland).
Llegada la pelea la segundo episodio el esquema se repitió, con "Jersey Boy" usando bien sus rectos hasta que súbitamente dejaba de lanzarlos y el terrible noqueador Lemieux entraba con brutales hooks zurdos y diestros al rostro y otros curvos lanzados con sorprendente facilidad y precisión, incluso al contraataque. Así, pocos debían ser los espectadores que en el tercer asalto no se dieron cuenta de que era cuestión de tiempo que el excampeón quebrase la resistencia de su oponente con sus potentísimas manos, que en dicho asalto conectaría en hook de izquierda arriba y abajo y directo diestro especialmente.
Finalmente, lo que se intuía se materializó en el cuarto episodio, en el cual un formidable hook zurdo al rostro derribó sobre la lona a Tapia, que a pesar de la aparatosa caída se levantaría con asombrosa rapidez y en apreciable buen estado. Tanto fue así que cuando el árbitro dejó de contar y le solicitó que caminase hacia él, Tapia lo haría, al igual que contestaría sin dificultades y con convencimiento a la pregunta de si quería seguir combatiendo, pero...desde su esquina saltarían al ring y solicitarían que se detuviesen las acciones, algo que Tapia reprochó asombrado y contrariado, puesto que no estaba nada de acuerdo con la detención de la pelea por parte de su equipo.
Resultaba evidente que el estadounidense podía seguir combatiendo, por lo que su protesta, siendo además un boxeador aguerrido, es totalmente justificable. Con todo, del mismo modo es comprensible la intervención de su equipo para protegerlo, ya que ellos conocen bien el estado de salud de su púgil y el grado de riesgo que se debe tomar con él, que quizás no sea muy elevado después de dos duras derrotas. Por ello, aunque su intervención resulta claramente errónea desde el punto de vista del combate, quizás no lo sea teniendo en cuenta su bienestar, por lo que esta iniciativa debería ser imitada por otros entrenadores que insensiblemente dejan que sus boxeadores reciban castigos brutales sin inmutarse.
Sea como sea, y dejando de lado la complicada (y quizás terminada) relación de Tapia 23(15KO)-3(3) con su entrenador Roach, que justifica parte de su fracaso como preparador señalando que quizás su púgil se deba retirar del boxeo, hay que subrayar la estupenda pelea ofrecida por el excampeón David Lemieux 35(32KO)-3(2) [91% de victorias antes del límite], que con una gran velocidad de manos, mucho mayor que en sus anteriores tres peleas, hizo parecer muy fácil su victoria del sábado. Y es que, aunque Tapia cometió un error táctico (por cierto, tampoco resuelto por Roach), Lemieux ofreció su mejor versión y, con agresividad, frecuencia, eficacia y pegada, quebró rápida y espectacularmente a su oponente, algo que le sirve para recuperarse de su derrota ante Gennady Golovkin y para apuntar de nuevo a una participación en uno de los grandes eventos que organice Golden Boy Promotions en septiembre o en los meses posteriores.
Estando la categoría y los cinturones casi monopolizados por Gennady Golovkin, quien le venció con gran sencillez, Lemieux no tendrá fácil volver a coronarse de nuevo y tendrá que espera mucho para acceder a un campeonato, sobre todo si llega a materializarse una unificación Golovkin-Canelo o Golovkin-Saunders. Aun así, el título menor WBO capturado le debería poner en el top 15 de dicho organismo y cerca de una oportunidad ante el campeón Billy Joe Saunders, el más asequible de los monarcas. De todos modos, todo parece indicar que Lemieux afrontará una última pelea decisiva, puede que ante Stevens, Tureano Johnson u otro púgil de la cumbre que le permita consolidarse firmemente como aspirante al título mundial y como uno de los púgiles que ofrece peleas más entretenidas y emocionantes.
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