Arena Riga, Riga, Letonia.
Eliminatoria final WBC del peso crucero.
Como es muy habitual en su carrera, el terrible noqueador Durodola arrancaría la pelea muy agresivo avanzando constante contra Briedis y anotando el jab y un peligroso directo, tratando así de sorprenderlo y hacer valer su pegada todavía al máximo rendimiento. El letón tuvo que recurrir insistentemente al clinch para eludir buena parte del riesgo, aunque, de todos modos, al centrarse en la defensa no pudo desplegar sus mejores recursos ofensivos, limitándose a lanzar algún contundente 1-2 o 1-2-hook. Por su parte, Durodola demostraba una enorme tenacidad e incluso cuando era agarrado o recibía contragolpes seguiría lanzando puños, impactando en el segundo round una dura derecha directa que sólo pudo ser parcialmente contestada por hooks retrocediendo de su oponente.
Llegada la pelea al tercer asalto las arremetidas del visitante disminuyeron ligeramente, por lo que Briedis, al fin, pudo ofrecer su mejor boxeo y pelear con espacios. Así, empezaría a demostrar su enorme capacidad técnica anotando el uppercut diestro-hook zurdo saliéndose del alcance inmediatamente después o conectando manos aisladas en uppercut o hook de mano derecha. Con todo, Durodola no sería desdibujado con tanta facilidad e impactaría varias derechas rectas de gran potencia que estremecieron ligerametne a su contrincante y le obligaron a agarrarse. En el mismo round, el nigeriano recibió el descuento de un punto por golpear por tercera vez cuando el árbitro ordenaba que ambos se separasen de un agarre. Después de este disputado asalto, el combate alcanzaría un cuarto episodio que sería un punto de inflexión.
Uno de los excelentes 1-2 de Briedis, acompañado posteriormente de un brutal cruzado diestro, llevó contra las cuerdas a un tocado Durodola que, encerrado, recibiría combinaciones de hooks y directos en gran número que le pusieron tan cerca del knockdown como del knockout técnico. De todos modos, logró resistir, e incluso alcanzaría con un demoledor contragolpe a su adversario, aunque en gran parte se vería ayudado por unos segundos de pausa para que recuperase su perdido protector bucal. Al margen de ello, Durodola demostró coraje y contestaría en la medida de los posible, aunque el combate se rompió en gran parte en este episodio. Y es que Briedis ya podía boxear con cierta comodidad, por lo que usando su gran habilidad comenzaría a realizar ágiles y habituales esquivas de los directos de su oponente. Además, aprovecharía al máximo su tremenda capacidad ofensiva e impactaría puños desde todas las trayectorias, destacando el 1-2, uppercuts zurdos, ganchos de izquierda, hooks al cuerpo y, sobre todo, un formidable cruzado diestro que en ocasiones anotaba tras bajar la mano izquierda de su rival con su propia mano zurda.
A pesar del dominio creciente de Breidis, en el que ahora se ayudaba de un firme jab, el peligro de Durodola no desapareció y éste continuó conectando peligrosos directos y otros golpes que siguieron obligando al local a agarrarse repetidamente, algo que le valió el descuento de un punto en el sexto asalto. Pero en dicho round, Briedis impactaría un cruzado zurdo tan potente como veloz para alcanzar a la contra a su rival y derribarlo. En cualquier caso, no sería este knockdown el decisivo, ya que habría que esperar para ver la conclusión a que terminase el séptimo episodio, en el que otra vez Durodola fue estremecido (por un uppercut diestro seguido de hooks de esa mano) y llevado a las cuerdas, y un octavo más calmado pero en el que el nigeriano terminó también desequilibrado por un gancho de derecha. Finalmente, en el noveno asalto, Durodola sufriría otra cuenta de protección cuando caería de espaldas contra una de las esquinas por una combinación derecha-hook zurdo seguida por otra derecha, aunque sería tras una larga serie de golpes recibidos contras las cuerdas cuando una combinación 1-2-cruzado zurdo-uppercut diestro-hook zurdo-directo-hook-directo-hook, obligaría acertadamente al árbitro a intervenir y a detener el combate.
De esta forma, Mairis Briedis 20(17KO)-0 se convertía en retador mandatorio del campeón mundial crucero WBC que salga del enfrentamiento del 29 de mayo entre Tony Bellew e Ilunga Makabu. Quizás en el combate un tanto embarrado ante el durísimo Durodola 22(20KO)-3(2), que encajó formidablemente y desequilibró en un par de ocasiones a su oponente, Briedis no pudo ser tan brillante ni excelente técnicamente como en anteriores peleas, aunque hizo valer su enorme variedad de golpeo y especialmente su extraordinaria precisión para lograr una muy meritoria victoria en una emocionante pelea, que le hace afianzarse como uno de los tres mejores pesos cruceros sin título y como uno de los más difíciles de batir, espectaculares y con mayores posibilidades de coronarse.
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