DC Armory, Washington, Estados Unidos.
Campeonato mundial IBF del peso supermedio.
Si el duelo Jack-Bute terminó con unas cartulinas controvertidas, esta polémica no fue nada comparada con la suscitada por las tarjetas de la pelea DeGale-Medina, en las cuales los jueces incomprensiblemente dieron un triunfo muy amplio al británico cuando en realidad fue el mexicano quien claramente mereció salir con el brazo en alto. Y es que durante la primera mitad del choque fueron muy pocos los asaltos que se le pudieron dar al monarca, que sería durísimamente hostigado y alcanzado por un Medina volcado al ataque desde los compases iniciales. Avanzando firme tras su 1-2 o su 1-2-hook de izquierda abajo, Medina, que cortaba muy bien el ring, arrinconaría contra las cuerdas repetidamente a DeGale, que no podría evitar recibir potentísimos directos y combinaciones de curvos como, por ejemplo, hook zurdo-uppercut diestro.
Así, y desplegando también un continuado trabajo al cuerpo, "Porky" fue anotándose asaltos uno tras otro a la vez que desgastaba y enrojecía la cara a su oponente, que no lograba hacer valer su buen juego de piernas para salir a tiempo del ensogado. Del mismo modo, DeGale no ofrecía, ni cuando era encerrado ni cuando tenía espacios para boxear, una adecuada respuesta, que básicamente se materializaba en directos aislados y breves series de ganchos al rostro. Es justo señalar que en algunos momentos el británico ofrecía tenaz resistencia y anotaba, entre otros golpes, uppercuts de gran dureza, pero estas reacciones no se mantenían constantes, de modo que sólo lograba igualar parcialmente las acciones, no consiguiendo evitar que Medina siguiese dominando con su enorme combatividad y estupendo ritmo de combate.
Después de que se viese a "Chunky" bastante perdido y dubitativo, oscilando inefectivamente entre las tímidas ofensivas y la cesión de la iniciativa, a partir del séptimo episodio comenzaría a boxear claramente mejor, logrando mantener la distancia de forma más continuada y haciendo valer su ventaja en envergadura, así como su gran técnica, para impactar manos a la vez que evitaba parte del peligro. Por ello, y aunque la presión del mexicano seguiría siendo apreciable, DeGale haría valer sus esquivas de cintura, su buen desplazamiento y precisos contragolpes en uppercut y directo para anotarse unos cuantos rounds consecutivos, aunque esta reacción no se prolongaría demasiado. Al alcanzar la recta final, Medina volvería a aumentar su agresividad y cerraría la pelea con dos asaltos muy buenos, en los cuales a punto estuvo de desbordar a su oponente con innumerables hooks arriba y abajo acompañados por directos.
Terminados los doce asaltos, en algunos momentos marcados por una notable tensión entre ambos contendientes, parecía obvio que Rogelio Medina 36(30KO)-7(3) capturaría un triunfo unánime, puesto que su victoria había parecido solvente y casi incuestionable a pesar de ciertos momentos de gran igualdad. Con todo, en un claro ejemplo de cartulinas preparadas de antemano (para no truncar los planes de unificación ante Jack), los jueces daban unas ridículas y bochornosas tarjetas de doble 117-111 y un 116-112 para otorgar el triunfo unánime a James "Chunky" DeGale 23(14KO)-1, veredicto fuertemente abucheado por el público asistente y duramente criticado tanto por los especialistas como por los espectadores, que han llegado a afirmar que éste podría ser uno de los robos del año. Incluso haciendo un cálculo a la baja, es incomprensible cómo los jueces pudieron dar a Medina menos de los cinco asaltos que este aspirante, que ofreció una actuación estupenda llena de mérito y coraje, se anotó de forma innegable. Por contra los injustos jueces llegan a dar a Medina tan sólo tres asaltos, algo que es simplemente un insulto a su trabajo. Cabe señalar además que cuando se escuchó el veredicto, DeGale, que había sacando la lengua muchísimas veces durante la pelea, se plantó chulescamente delante de Medina alzando el brazo, mostrando una falta de respeto y de deportividad enorme e indigna de un campeón o de cualquier boxeador.
Sea como sea, y dejando al margen los factores que deslucieron este buen enfrentamiento, lo cierto es que el irregular Jack y el inefectivo DeGale se enfrentarán en el último tramo del año en una flojísima unificación de coronas que, al menos, estará igualada por el bajo nivel de ambos. De todas formas, nadie debería afirmar después de que ésta se produzca que el ganador será una figura merecedora del acceso al top libra por libra, ni mucho menos que este doble monarca coronado con irregularidades y torpeza es un número 1 supermedio a la altura de otros iconos pasados de la división.
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