martes, 15 de diciembre de 2015

Oleksandr Usyk - Pedro Rodríguez (12/12/2015)

Sport Palace, Kiev, Ucrania.
En juego el título WBO Intercontinental del peso crucero.

Enfrentando a un Rodríguez con un record sustentando esencialmente sobre rivales muy modestos se podía esperar que Oleksandr Usyk, el mayor aspirante de la división del peso crucero por su boxeo lleno de clase y técnica, tuviese una fácil pelea pero, al contrario, el púgil ucraniano sufrió unas iniciales dificultades que demostraron el potencial del boxeador cubano si tuviese un adecuado desarrollo de su carrera. Tan pronto como en el primer asalto quedó de manifiesto que el porcentaje de knockouts de Rodríguez, pese haber sido conseguido sin excesivo esfuerzo, hace justicia a su elevada pegada, puesto que lanzando potentísimos hooks obligaría a retroceder al oro olímpico y mundial. Éste, manteniéndose móvil para no caer en los curvos de Rodríguez, trataba de buscar los ángulos de forma muy cautelosa conociendo el peligro de su rival, al que tanteaba con el jab y un uppercut abierto.

Poco a poco el zurdo Usyk comenzaría a soltarse y a desplegar su mejor boxeo con variación de trayectorias, dejando detalles de gran calidad como un uppercut diestro aislado lanzado marchándose por la diagonal o un cruzado de mano derecha con amago. Con todo, el público se mantenía tenso al igual que el invicto noqueador, puesto que el cubano Rodríguez, que perseguía constante a su rival, conectaría eventuales pero fortísimos ganchos al rostro con ambas manos que llevarían hacia las cuerdas a un Usyk que no lograba explotar totalmente su boxeo ni las brechas de su oponente. El punto álgido de tensión para los asistentes y para el boxeador local llegaría en el tercer round, cuando una derecha directa del visitante movería a un Usyk que, a pesar de no sufrir dificultades notables, pasaría por los mayores apuros de su carrera hasta la fecha. Entonces, Usyk sacaría todo su coraje para, en acciones arriesgadas y decisivas, reconducir el combate. 


Respondiendo tardíamente a los llamamientos de Rodríguez, que lo emplazaba a intercambiar golpes en los primeros rounds del combate, Usyk se lanzaría al ataque conectando golpes de poder en cruzado diestro enlazado con uppercut zurdo además de un excelente croché de mano retrasada. De forma rápida, aunque no carente de riesgo, el número 1 WBO comenzaría a desdibujar a su rival, que se veía sobrepasado por un boxeo variado, con ganchos al cuerpo encadenados con uppercuts, veloces combinaciones de golpes ascendentes y ganchos al rostro marchándose. El quinto round sería un punto de inflexión en la pelea puesto que, si bien Rodríguez impactaría un fortísimo hook arriba y ambos cruzarían golpes con elevado peligro, Usyk conectaría de forma decisiva su directo zurdo y su formidable y habitual combinación de uppercut y cruzado para, por primera vez en la pelea, hacer retroceder a su contrincante.

Así, con "El Reguilete" frenado en su ímpetu, el principal factor que le mantenía en la pelea, Usyk no tardaría en desbordarlo con sus curvos y derribarlo en el sexto episodio con una nueva combinación de cruzado diestro y uppercut zurdo. Por último, en el séptimo round, Usyk pondría fin a la pelea con un abierto curvo zurdo seguido por una verdadera tormenta de uppercuts y crochés de ambas manos, puños que derribarían a un Rodríguez que lograría alzarse pero que no estaba en condiciones de continuar. De esta forma Oleksandr Usyk 9(9KO)-0 conservaba su 100% de knockouts y se mantenía también en la mejor posición para alcanzar el combate mundialista, que disputaría ante un Krzysztof Glowacki que todavía se recupera de las operaciones padecidas en codo y muñeca. Quizás en el combate quedó de manifiesto por primera vez en su trayectoria que el excelente Usyk puede llegar a ser batible si se le obliga a pelear en corta, algo de por si complicado por su movilidad. Pero si se le deja pensar y boxear con espacios, su boxeo supera incluso al de algunos campeones mundiales, sobre todo cuando varía sus trayectorias con los directos o realiza súbitas entradas con sus temibles cruzados y uppercuts.

Parece conveniente para tener de su lado las mayores posibilidades en el campeonato mundial que Usyk se vea puesto a prueba ante un rival del top, algo a lo que podría obligarle eventualmente con una eliminatoria la Organización. Tiempo tendrá para realizar un último test, sobre todo valorando que Glowacki necesitará un rodaje antes de disputar su pelea mandatoria. Pero aun así, si su equipo decidiese no poner en riesgo su posición, es perfectamente viable que Usyk lograse imponerse directamente ante un Glowacki también zurdo al que le gusta pelear con espacio y con ritmos relativamente bajos. Una mención se ganó un Pedro Rodríguez 22(19KO)-1 de 29 años que podría ser considerado una víctima propiciatoria pero que plantó cara y que merece que su equipo le busque rivales adecuados para que se pueda desarrollar.

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