Manchester Arena, Manchester, Reino Unido.
En juego el cinturón mundial WBA del peso ligero y el título WBC Diamante. Segunda puesta en juego (primera voluntaria) del campeón Crolla.
Como era de prever, Linares iniciaría el combate utilizando su magnífico juego de piernas desplazándose por el exterior del ring, tratando de neutralizar o reconducir la presión del campeón. Así, sus jabs, sus directos y sus velocísimas combinaciones de hooks o de ganchos y directos ofrecieron enormes complicaciones a un Crolla que durante los tres primeros asaltos no lograría alcanzar de forma prolongada la distancia corta. Aunque la tremenda rapidez y las fluidas esquivas de Linares hicieron durante los primeros rounds que el británico sólo pudiese conectar algunos aislados ganchos, principalmente al cuerpo, desde el cuarto asalto Crolla comenzaría a desplegar su boxeo.
Quizás por una ligera disminución de la movilidad de Linares por el trabajo al torso sufrido, Crolla entraría en la pelea y en la distancia corta apoyándose en la combinación jab-gancho arriba o abajo, cadena de dos golpes que le permitió generar dudas en el boxeo en larga a su rival y que le abrió el hueco a nuevas series de curvos en la distancia corta con el venezolano en las cuerdas. Por ello, hasta el ecuador de la contienda, apoyándose también en alguna entrada y salida, Crolla comenzaría a ganar terreno perdido, llegando a dañar claramente al aspirante en el sexto asalto con uno de sus formidables hooks al hígado explotado por posteriores puños. Pero en ese mismo round, Linares conectaría un brutal cruzado diestro seguido de un directo que puso en claros apuros al campeón.
De todos modos, la sensacional preparación de Crolla, así como su valentía y elevadísima moral, le permitieron rehacerse y en el séptimo episodio ya estaba de nuevo reanudando su insistente uso de los hooks arriba y abajo, destacando un gancho diestro arriba. Con todo, "El Niño de Oro" pareció alcanzar un punto de inflexión con las acciones del sexto episodio, puesto que ya no volvería a verse tan presionado, permitiéndose en el octavo round quedarse en el centro del ring para evitar ser desgastado de espaldas al ensogado. El local igualmente lo siguió intentando y en el noveno y décimo asalto usaría su sequísimo jab y sus ganchos y uppercuts para buscar la quiebra física de su oponente, acertado ahora al contragolpe. Pero finalmente Linares dominaría los dos últimos asaltos: en el onceavo mostrándose muy dinámico y en el doceavo imponiéndose por velocidad en unos duros intercambios.
Con esto finalizó un excelente combate de boxeo, de lo mejor que se ha visto en el peso ligero en este año, que se encaminó a la lectura de tarjetas. Los jueces con cartulinas de 117-111 (demasiado amplia), 115-113 y 115-114 le otorgaron el triunfo a Jorge Linares 41(27KO)-3(3), número 1 de la división que capturaba la corona WBA y el título WBC Diamante, que le dará acceso a una unificación mandatoria ante el monarca del Consejo, Dejan Zlaticanin. Como siempre, el venezolano mostró un boxeo muy plástico y lleno de clase que era claramente superior desde el punto de vista técnico al de su adversario. Aun así, la inigualable tenacidad de un Crolla 31(13KO)-5(1)-3 que suple cualquier carencia en su boxeo a base de empuje y voluntad le generó grandes dificultades a Linares, que por momentos pareció a punto de ceder al trabajo de demolición de su rival. Finalmente, Linares se hizo con una ajustada victoria (que podría haber sido más amplia si hubiese usado mucho más su 1-2) que le mantiene como el rival a batir en el proceso de unificación total que está experimentando la división. Y es que a la unificación Linares-Zlaticanin, que debería decretarse en breve, se deben sumar los empeños de Terry Flanagan (campeón WBO), Mikey García (exnúmero 1 pluma), el prospecto Félix Verdejo e incluso ahora Robert Easter (campeón IBF) para combatir en duelos que diriman quién es el mejor peso ligero de la década y uno de los mejores de todos los tiempos.
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