AT&T Stadium, Arlington, Estados Unidos.
En juego el título WBO Intercontinental del peso medio.
Como señalamos en la previa, era de esperar que el dinámico y elusivo boxeo de Monroe generase enormes dificultades a un Rosado con habituales problemas de falta de ritmo y de presión ante este tipo de púgiles. Pero los problemas sufridos por "King" fueron todavía mayores de lo que se podía prever, dando una imagen realmente floja durante la primera mitad del encuentro.
Dado que Monroe es muchísimo más rápido, éste podía desplazarse por el exterior del ring utilizando su jab y su directo a la contra sin ser a penas alcanzado por los puños de su rival, que fallaba gran parte de ellos por las precisas esquivas que "Mongoose" realizaba. Es cierto que el coraje demostrado por Monroe fue muy bajo, del mismo modo que su voluntad de dar espectáculo fue nula, pero sus simples acciones eran suficientes, apoyadas en su velocidad y su mayor alcance, para dejar sin opciones a un Rosado que ni siquiera cuando conseguía encerrar a su rival lograba conectar puños destacables. Escabulléndose por las diagonales después de lanzar algún hook para reanudar inmediatamente su desplazamiento, Monroe no tuvo rival ante un Rosado demasiado lento, que no cortaba adecuadamente el ring ni presionaba con la suficiente tenacidad.
En enfrentamientos anterioes Monroe acompañaba esta táctica de algunos buenos uppercuts y detalles plásticos, pero ahora pasaba gran parte del tiempo jabeando y haciendo lo justo para llevarse el round. Sólo cuando, después del ecuador, Monroe tuvo un ligero bajón en el rendimiento, Rosado pudo impactar algún gancho e incluso pudo llevar durante unos instantes contra las cuerdas a su rival y alcanzarlo con directos y uppercuts. De todos modos, esto sólo fue un espejismo, y Monroe dominaría las acciones a la contra de nuevo hasta el final, pudiéndose destacar del último tramo una caída de éste contada como resbalón en el noveno round; un corte por codazo en la parte trasera de la cabeza de Rosado cuando se encontraba agachado en ese mismo asalto; un corte en el ojo derecho de Rosado por cabezazo involuntario en el onceavo episodio.
Después de que concluyese la pelea, los jueces dieron cartulinas favorables a Willie Monroe 21(16KO)-2(1) de 118-110, 117-111 y 116-112, que le otorgaron un triunfo unánime que, sin dejar de ser meritorio, estuvo carente de brillo. Y es que Rosado 23(13KO)-10(4) no tuvo el empuje o la ambición suficiente para estar cerca de la victoria, no atreviéndose a tirar manos ni siquiera en las numerosas ocasiones en las que Monroe permanecía estático invitándole a atacar. Es por ello que, aunque sobre el papel puede ser una de las tres mejores victorias de la carrera de éste púgil, no le servirá para aumentar demasiado su afectado prestigio, puesto que Rosado 23(13KO)-10(4), que por sus características no debería haber sido enfrentado por su equipo a un boxeador de corte defensivo, no hizo o no supo hacer nada para incomodarlo de forma decisiva. Aun así y aunque no hay certeza de que pueda ser tan solvente ante un boxeador que le presione mucho, Monroe debería verse alzado en los próximos meses a un combate contra un rival de la élite de la división, habiéndose mencionado como posibles adversarios Curtis Stevens y David Lemieux junto al ahora campeón superwelter "Canelo" Álvarez.
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