EDION Arena, Osaka, Japón.
Campeonato mundial WBC del peso supergallo. Primera defensa voluntaria del campeón Ruiz.
Después de que muchas de las mayores estrellas del peso supergallo hayan ascendido recientemente al peso pluma, la categoría de las 122 libras o 55,3 Kg. se encuentran en una etapa en cierto modo de transición. Por ello, aunque Rigondeaux es el número 1 incuestionable, la división se haya inmersa en una búsqueda de nuevas estrellas, proceso en el cual Hugo Ruiz y Jonathan Guzmán se encontraban en la mejor posición para intentar despuntar y tratar de aspirar a la hegemonía de la categoría. Pues bien, finalmente, Ruiz, que tras su formidable victoria en un round sobre Julio Ceja pareció adquirir una enorme proyección, ha visto su reinado súbitamente frenado y por un boxeador que muchos consideraban acabado, el veterano Hozumi Hasegawa.
El enfrentamiento no se inició muy prometedor para el japonés que, por la reglas WBC, perdería un punto al provocar un corte en su rival por cabezazo involuntario. Además, durante los dos siguientes rounds Ruiz parecería tomar cierta ventaja, puesto que, desarrollándose el choque con poca frecuencia y con golpes escogidos, el mexicano utilizaría su mayor altura y alcance para imponer su directo e incomodar con los contragolpes a su rival. Aun así, desde el cuarto episodio la pelea cambiaría de signo de forma definitiva, con Hasegawa aprovechando su superior velocidad para marcar la diferencia en las acciones combinando hooks, trabajando al cuerpo con insistencia y realizando efectivas esquivas.
Esto no evitó que Ruiz llegase con mucho peligro de forma salteada, por ejemplo con un durísimo directo en el quinto asalto que movió al local, pero Hasegawa compensaba las buenas manos aisladas de su contrincante con un repetido y preciso uso de su directo zurdo conectado en entradas y salidas y precedido por un buen trabajo con el jab. Así, alcanzado el sexto round, Hasegawa había establecido perfecta y firmemente su recto de izquierda, castigando constantemente con dicho puño a su rival, que incluso sería llevado hacia las cuerdas durante un instante. Posteriormente, especialmente desde el séptimo round, Ruiz comenzaría a perder velocidad de forma preocupante, de modo que el control de Hasegawa no haría más que extenderse.
Pese a todo, las cartulinas todavía se mantenían igualadas (en una de ellas Ruiz todavía se imponía), incluso después de que en el octavo round perdiese un punto también por provocar un corte con cabezazo involuntario. Finalmente, el aumento de presión realizado por el campeón no supondría resultados significativos a su favor, al contrario, sería quien más perjudicado saldría de unos fuertes intercambios en el noveno episodio. Cuando un curvo de izquierda dejó tocado y llevó contra el ensogado a Hasegawa se producirían unos brutales intercambios, en los que Ruiz intentó desbordar a la desesperada con sus ganchos pero en los cuales se encontró con terribles zurdazos a la contra en directo, cruzado o hook. Esto selló el combate, que terminaría en el descanso entre el noveno y el décimo round, cuando Ruiz 36(32KO)-4(3) decidió abandonar.
Por ello, Hozumi Hasegawa 36(16KO)-5(3), que no poseía una corona desde 2010 y que en su último asalto titular fue batido en siete rounds por Kiko Martínez, lograba proclamarse campeón mundial en una tercera división de peso (gallo, supergallo, y pluma) cuando todo parecía estar en su contra. Y es que después de que muchos señalasen que debía retirarse, y tras sufrir mucho para vencer a los puntos a unos púgiles un peldaño por debajo del nivel de la élite, Hasegawa vencía con solvencia a uno de los tres mejores supergallos de la actualidad, haciendo resurgir, al menos durante un par de combates más o un año, su nombre como el de una figura célebre en el boxeo mundial, estando su continuidad como campeón condicionada por la efectividad que pueda demostrar en su defensa mandatoria ante Rey Vargas.
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