O2 Arena, Londres, Reino Unido.
En juego los cinturones mundiales WBC e IBF del peso medio.
Cuando en el primer asalto Golovkin empujó hacia las cuerdas a su adversario y descargó contra él una combinación de hooks que desestabilizó a Brook, el final pudo parece más cercano de lo que se podía esperar. Pero el británico no tardó en reponerse de este primer susto y, conectando una combinación de uppercuts y hooks y otras de directos, no sólo igualó las acciones sino que incluso superó la ofensiva del campeón. Lo cierto es que "GGG" no lucía demasiado bien, siendo movido por casi cada golpe de poder de Brook, que Golovkin encajaba un tanto dubitativo y rígido sin realizar esquivas.
El mejor momento en la pelea de "The Special One", y el peor del kazajo en toda su carrera reciente, sería el segundo asalto, en el cual Brook se desplazaría bien manejando su mano izquierda en afilado jab y contundente hook zurdo e impactaría un brutal uppercut de izquierda que sacudió terriblemente la cabeza del monarca unificado. Después de este mal asalto de Golovkin la pelea se emparejó en el tercer round, en el cual éste arrancaría mucho más agresivo y sostendría una elevada presión, materializada en fortísimos ganchos de mano adelantada, cruzados diestros y duros jabs, con lo que provocó sangre en la nariz de un Brook que igualmente combinaba directos o hooks con gran destreza y efectividad.
Si bien Golovkin estaba fallando demasiados golpes, desde el cuarto asalto Brook comenzó a mostrarse menos peligroso y con más dificultades para desplazarse, pareciendo preocupado por su nariz, siendo probable que le empezase a costar oxigenarse. Así, la pelea quedó sentenciada, puesto que, a pesar de los buenos directos de Brook, ahora Golovkin conectaría temibles puños en hook diestro y zurdo, derechas cortas y jabs que castigaron notablemente a su contrincante. Finalmente, la conclusión se produciría en el quinto round. Una combinación de curvos dejó bastante apurado a Brook, que llevado a las cuerdas sería alcanzado por un par de derechas. El valiente local respondería con su gancho zurdo pero los 1-2 y la combinaciones directo-hook de "GGG" le alcanzarían repetidamente, llevando a la esquina de Brook a intervenir y detener el combate.
Sobre este desenlace se deben comentar dos aspectos. Ciertamente, Kell Brook 36(25KO)-1(1) no parecía estar totalmente desbordado ni en peligro insostenible cuando su equipo intervino, pareciendo perfectamente capacitado para terminar el round, dado que no estaba severamente tocado. Por otro lado, cabe mencionar la forma tan espantosamente inefectiva en la que su esquina intervino, ya que, en lugar de tirar la toalla encima o delante del árbitro para que éste se diese cuenta, el responsable se dedicó a agitarla durante varios segundos, dándole a la secuencia un nota bastante esperpéntica. En cualquier caso, pese a la bravura mostrada por Brook, que lógicamente no se mostró conforme con la detención, tampoco convenía arriesgar de más a un púgil al que le deberían quedar varios años al máximo nivel y que tenía fracturado un hueso en torno a su ojo derecho.
Sea como sea, y dejando de lado la intervención, como se esperaba, Gennady "GGG" Golovkin 36(33KO)-0 obtuvo un triunfo (su 23º seguido antes del límite) que le servía para conservar sus coronas WBC e IBF del peso medio (la WBA no aceptó sancionar por título mundial esta pelea) y llevarse una buena bolsa. Pero, en lo concerniente a su imagen, esta pelea no ha hecho más que mermarla ligeramente. Tras criticar duramente a "Canelo" Álvarez por su ridícula elección de oponente con Amir Khan (algo razonable, puesto que fue un error del mexicano), Golovkin optó por emularlo y enfrentar también a un peso welter como Brook, aunque es cierto que es superior en teoría a Khan. Después se dedicó semana tras semana a justificar su decisión asegurando que Brook podía combatir como un peso medio. Posteriormente, con falta de definición muscular y aspecto de enfermo se subió a la báscula, ofreciendo sobre el ring una pelea más o menos acorde con los precedentes pero en la cual mostró fallos defensivos obvios y en la que fue sacudido y obligado a retroceder por los puños de su rival. Pero lo peor de todo fue la ruptura definitiva de su imagen de púgil honesto, modesto y bondadoso con sus declaraciones tras el combate, en las que negó chulesca y falsamente lo obvio y señaló que los puños de Brook no los había sentido, afirmando contradictoriamente respecto a sus declaraciones pasadas que el británico no puede rendir como un peso medio.
Dejando de lado la cantidad de cosas negativas que puede sacar Golovkin de esta pugna respecto al apoyo de los aficionados imparciales, no deja de ser algo muy significativo que ante un peso welter ascendido al peso medio con dos meses de margen fuese alcanzado con mucha dureza y simplicidad, siendo movido. Por ello surge inevitablemente una pregunta: ¿Si un peso welter pudo dañarlo, qué podría hacerle un peso medio asentado, explosivo y fortísimo como Daniel Jacobs, con un 91% de triunfos por knockout? Quizás para responder esta pregunta sólo haya que esperar hasta diciembre, momento en el cual este noqueador ha señalado que retornará a los rings y en cual se podría hacer efectiva la orden mandatoria WBA para que ambos se enfrenten.
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