Krzysztof Wlodarczyk - Kai Kurzawa (28/5/2016)

Szczecin, Polonia. 
En juego el título IBF Intercontinental del peso crucero.

Tras su cómoda victoria ante Valery Brudov, Wlodarczyk afrontó ante Kurzawa una pelea mucho más acorde para conocer en qué estado de forma se encuentra actualmente. Y es que el veterano púgil alemán, a pesar de sus puntos débiles, posee cualidades suficientes como para suponer un test de envergadura, sobre todo teniendo en cuenta su elevada tenacidad, su apreciable ritmo y su intenso trabajo. Así, aunque el excampeón mundial polaco aprovecharía su clase para anotar el directo diestro marchándose hacia el lado derecho, su afilado jab y un peligrosísimo hook de mano adelantada, Kurzawa aplicaría una elevada presión y empujaría hacia las cuerdas a su oponente, alcanzándolo con directos claros, combinaciones de hooks, como por ejemplo gancho zurdo abajo-gancho diestro arriba, y con un buen curvo aislado de mano izquierda en los cruces.

Wlodarzcyk trataría en el segundo episodio de disipar la agresividad de su oponente con una movilidad creciente, que aprovechaba para anotar su directo (seguido o precedido por esquivas) o un sólido uppercut en los descuidos de su oponente. Con todo, el peligro no desapareció, y el visitante seguiría amenazándolo al conducirlo de espaldas al ensogado salteadamente e impactar fuertes hooks en los intercambios de golpes, aunque Wlodarczyk evitaba pasar por apuros con buenos bloqueos. Por ello, hasta que se entró en el tercer episodio, la pugna se había mantenido contendida, aunque en el citado round todo cambiaría. Insistiendo con rápidos y numerosos jabs, "Diablo" confundiría a su rival a la vez que medía la distancia para un posterior directo ligeramente curvado que impactó en la sién de su oponente y le obligó a poner la rodilla en la lona. Kurzawa se alzó y todavía cerraría el tercer episodio con valientes ataques en la distancia corta.

Aun así, el enfrentamiento estaba cerca de su conclusión, ya que la resistencia de Kurzawa se había visto colmada. Por ello, conectando precisos curvos en uppercut diestro, hook zurdo y cruzado también de izquierda, al inicio del cuarto episodio Wlodarczyk ya amenazó seriamente con derribar a su oponente, que incluso amagó con poner de nuevo la rodilla en el tapiz. De todas formas, Kurzawa aguantaría de pie y recibiría directos al cuerpo y varios de los magníficos 1-2 de Wlodarczyk, corta combinación que entrando entre la guardia terminó por estremecer y llevar a tocar al suelo de nuevo al afectado púgil. Si bien Kurzawa se alzó por segunda vez, el árbitro comprendió perfectamente que a penas podía encajar ya las manos de su adversario sin estremecerse, de modo que puso fin a las acciones y dio la victoria por KO Técnico a Krzysztof "Diablo" Wlodarczyk 51(37KO)-3-1.

El gran coraje mostrado inicialmente por Kurzawa 37(25KO)-5(2) en la mayor y última oportunidad de su carrera (y también cierta falta de ring sufrida todavía por  Wlodarczyk), supuso que el choque se desarrollase disputado durante los dos primeros asaltos. Pese a ello, y aunque Wlodarczyk no estaba imponiéndose quizás con la solvencia esperada, su potentísima pegada (que parece haberse visto aumentada recientemente), materializada en golpes de poder aislados demoledores, rompió el combate rápidamente a favor del exmonarca mundial WBC crucero, que no dejó de dar muestras igualmente de su enorme habilidad pese al correoso planteamiento ofrecido por su rival. Así, no cabe duda de que Wlodarczyk podría estar en perfectas condiciones de enfrentarse a la élite de la división de nuevo tras una o dos peleas de recuperación más ante oponentes pertenecientes al top o cercanos a él por nivel. Además, contando que es actualmente 8º WBC y 13º WBA, WBO e IBF, organismo en el que ahora ha capturado un título menor, no cabe duda de que una buena victoria ante un boxeador bien valorado le supondría situarse entre los cinco primeros de alguno de los rankings, de forma que Wlodarczyk en septiembre u octubre debería regresar a los rings en una importante velada en Polonia en la que podría tener la oportunidad de ponerse a un paso del mundial o, al menos, de la eliminatoria.