miércoles, 13 de abril de 2016

Jamie McDonnell - Fernando Vargas (9/4/2016)

O2 Arena, Londres, Reino Unido.
En juego el cinturón mundial regular WBA del peso gallo.

Los hermanos McDonnell, púgiles altos para las categorías en las que militan, han basado sus éxitos en gran parte en sus cualidades físicas, que aprovechan para controlar las peleas y anular a sus oponentes desde muy temprano en el combate, siendo muy pocas las variaciones tácticas que realizan. Así, nuevamente, el titular mundial WBA regular Jamie McDonnell usaría su estatura y envergadura para pronto neutralizar con un incesante jab a su más bajo oponente, que tendría que tomar elevados riesgos para entrar en la distancia corta realizando arremetidas. Aunque Vargas eventualmente lograse aproximarse lo necesario, el campeón realizaba oportunos pasos atrás o hacia los lados para eludir el peligro, no abandonando la posibilidad de contragolpear con el hook zurdo en los cruces.

Estos intercambios de golpes, que fueron aumentando periódicamente en cantidad, le permitieron en el tercer episodio al voluntarioso mexicano alcanzar con algunos buenos hooks a McDonnell, aunque éste aceptaría eventualmente el combate en corta y saldría bastante airoso, ya que astutamente elegiría cuando seguir peleando o cuando salir para evitar riesgos. A partir del citado round, también McDonnell acompañaría su incansable jab con la derecha directa, que en poco tiempo le permitiría un cambio de tendencia en la pelea. Y es que el británico lograría tomar la iniciativa y empujar gradualmente hacia las cuerdas a Vargas que, aunque valiente lanzaba todos los hooks que podía, a punto estuvo de verse desbordado en el quinto asalto por los repetidos 1-2 y 1-2-hook del local.

Tras unos pequeños ajustes de McDonnell, ya que en ciertos momentos la resistencia de Vargas no le permitía sentirse cómodo al ataque, el campeón iniciaría su ofensiva final a partir del séptimo episodio, en el cual aumentaría mucho su presión a la vez que su contrincante optaba por una elevadísima movilidad por el exterior del ring. A pesar de los intensos intercambios esporádicos y de algunas buenas esquivas de cintura del visitante, McDonnell hostigaría repetidamente con derechas aisladas y, sobre todo, con hooks al cuerpo, pretendiendo con ello frenar el movimiento de su rival, algo que conseguiría en el noveno episodio. Este sería el último round, ya que el constante trabajo al cuerpo de McDonnell, además de fijar a su oponente, le serviría para hacerle bajar la guardia, aprovechando para conectar potentes golpes al rostro que llevaron a Vargas a poner la rodilla en la lona a la vez que hacia un gesto a su esquina señalando que no podía seguir combatiendo.

De este modo, con la entrada en el ring del equipo de Vargas, se ponía fin al enfrentamiento, que suponía para Jamie McDonnell 28(13KO)-2-1 la cuarta defensa de su cinturón regular y, lo que es lo más importante, su mejor actuación desde que se coronó en mayo de 2014. McDonnell no pudo ofrecer su mejor boxeo y dejó ver grandes puntos débiles tanto ante Javier Chacón, que se lesionó durante la pelea, como ante Tomoki Kameda, que pudo merecer la victoria en los dos enfrentamientos disputados contra él. Por ello, antes de afrontar un combate mandatorio ante el supercampeón WBA Juan Carlos Payano, necesitaba una pelea de rodaje exigente e intensa que le preparase adecuadamente y le devolviese la moral, que indudablemente se debió ver afectada a pesar de sus declaraciones de reafirmación. Pues bien, Vargas cumplió con su parte y ofreció una tenaz pelea en la que ofreció todo lo que tenía, quizás más de lo que muchos esperaban, pero McDonnell ejecutó perfectamente su boxeo y su táctica para de forma muy sólida y firme controlar el enfrentamiento.

Respecto al futuro de McDonnell, según las últimas informaciones, puede que finalmente no se enfrente al supercampeón Payano, ya que, como él mismo ha afirmado, si llega una oferta mejor para medirse a Lee Haskins (IBF) o Shinsuke Yamanaka (WBC) no dudará en aceptarla.

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