Tauron Arena, Cracovia, Polonia.
En juego el título IBF Intercontinental del peso pesado.
En la previa mencionábamos que el mejor boxeo de Adamek le debería servir para imponerse en el combate a largo término y en circunstancias normales, aunque el peligro latente del noqueador Molina le daba una posibilidad de victoria hasta que sonase el tañido final. Pues bien, esto es exactamente lo que sucedió, con el boxeador polaco dominando en líneas generales las acciones hasta que un golpe decisivo del visitante en el décimo round rompió el combate. En el arranque la táctica y la actitud combativa de Molina resultaron obviamente inadecuadas, puesto que, limitándose a desplazarse por el exterior del ring sin tratar de establecer el jab, permitía que un Adamek con una superior frecuencia de golpeo se anotase los rounds. No hay que confundirse, los hooks zurdos y directos de Adamek no tenían ni la potencia ni la claridad en este momento como para incomodar a Molina, a pesar de que éste usaba una muy inefectiva media guardia.
Aun así, los rounds iban a parar constantes del lado de Adamek, que trataba de atacar y de llevarse el round, ya que Molina casi no tiraba golpes ni siquiera cuando tenía la clara oportunidad de contraatacar. En cambio, "Goral" con el paso de los minutos empezó a afinar su puntería y, aprovechando los grandes huecos en la guardia de su adversario, lo alcanzaría con hooks combinados arriba y abajo con ambas manos que, junto a algún doble jab y derechas aislada, le servirían para conseguir una enorme ventaja en las cartulinas. Mientras, el estadounidense se limitaría a demostrar su peligro de forma sumamente esporádica con alguna dura derecha y eventuales amagos de ofensiva pero que no tenían constancia. Esta tendencia empezaría a cambiar a partir del quinto asalto, cuando "Drummer Boy" trató de intensificar sus ataques e intentó tomar la iniciativa. De este modo, logró conectar algunos hooks enlazados y derechas directas que le permitieron anotarse un par de rounds, aunque esto resultó muy insuficiente.
Y es que Adamek, después de una considerable oscilación en la iniciativa, no tardaría en detener el avance de su rival con afilados contragolpes, sobre todo en directo diestro, que recondujeron la táctica de Molina y volvieron a situarlo de espaldas al ensogado de forma repetida. En el inicio del combate podía parecer que el visitante se estaba guardando para un final más activo, pero esta posibilidad quedó descartada al alcanzar la recta final, ya que Molina no buscó nuevos cambios de tendencia y empezaba a ser controlado, todo ello a la vez que pasaba algunos apuros. El excampeón Adamek ya no se limitaba a golpear los brazos y el cuerpo de su encerrado rival, sino que conectaba hooks zurdos y directos de gran potencia que, al no tener respuesta, llevaron en el noveno asalto al árbitro a aproximarse por si era necesario intervenir, aunque la caída del protector bucal de Molina le daría unos segundos muy valiosos en el momento más complicado.
Si bien la victoria a los puntos de Adamek era ya un hecho y además estaba comenzando a desbordar, todo cambiaría en el final del décimo episodio, cuando unos segundos antes de que sonase la campana, y después de que el local realizase un fallido ataque y recuperase su distancia, Molina lanzaría un cruzado zurdo (errado) enlazado con un brutal directo diestro que alcanzaría por sorpresa a su rival y le derrumbaría sobre la lona. Adamek, que había quedado estirado en la lona con la cabeza por fuera de las cuerdas, trató de alzarse, pero dificultado por el ensogado y afectado por el golpe no lograría levantarse a tiempo, decretando el árbitro el KO. Con ello, y aunque las cartulinas de los jueces tenían un triple 88-83 a favor de Adamek hasta ese momento, Eric "Drummer Boy" Molina 25(19KO)-3(3) lograba la mayor victoria de su carrera, en la que nuevamente demostró su capacidad de sorpresa y de dar la vuelta a las acciones con una única mano aislada (algo que Wilder también pudo comprobar en un par de ocasiones).
De esta forma, mientras que Adamek 50(30KO)-5(2), que estaba barajando anteriormente la posibilidad del retiro, puede estar ante uno de sus últimos combates, Molina se verá inmerso en la lucha por el segundo campeonato mundial de su carrera tanto en la WBC como en la IBF, rankings en los que será clasificado en el top 15 en próximas actualizaciones. Con todo, valorando las grandes dificultades que tuvo que superar ante un boxeador de menor altura y menor pegada que la mayoría de los componentes de la cumbre (ante el que fue desbordado repetidas veces, no supo contragolpear y mostró un ritmo tan insuficiente como inadecuado), Molina tendrá muy complicado poder salir con el brazo en alto en un próximo choque ante un rival de la élite.
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