First Direct Arena, Leeds, Reino Unido.
En juego el título WBC Internacional del peso pluma.
No cabe duda de que ante un oponente menos alto y más ortodoxo Warrington hubiese podido brillar con cierta intensidad gracias a su hábil y ortodoxo boxeo. Con todo, enfrentando a un púgil muy complicado, que le sacaba 10 cm de altura (casi 4 pulgadas) y que tenía un boxeo tan peligroso como desordenado, el invicto púgil simplemente no pudo imponerse con espectacularidad. Aun así, no se puede achacar todo a la diferencia de estatura de ambos contendientes, puesto que son numerosas las ocasiones en las que un boxeador más bajo se impone con enorme solvencia a un rival mucho más alto. Sea como sea, y si bien se puede intuir al enfrentar a su primer rival del top que el británico no es tan excelente como se afirmaba, pese a las dificultades Warrington pudo imponerse con mucha claridad y elevada ventaja en las cartulinas.
Viéndose peligrosamente expuesto si realizaba ataques frontales constantes, Warrington tuvo que medir bien la distancia y esperar el momento adecuado para pasar a la ofensiva. Aun así, inevitablemente tuvo que tomar elevados riesgos y, salteada pero repetidamente, se lanzaría tras el doble jab y el 1-2, quedando al alcance de peligrosísimos hooks. Por ello, su control no pudo ser ni continuado ni total, algo que permitiría que Amagasa tratase eventualmente de tomar la iniciativa aunque, de modo más evidente que su contrincante, sería incapaz de establecer un dominio de las acciones. Y es que Warrington usaría su precisión para alcanzarlo con clarísimos contragolpes con directo, hook zurdo o cruzado diestro. Así, dado que tanto al ataque como a la contra Warrington anotaba un mayor número de puños, los asaltos fueron cayendo de su lado, y no sólo eso, puesto que algunas de sus tenaces ofensivas empujarían a las cuerdas al japonés y le harían pasar por momentáneos apuros.
En cualquier caso, a pesar de algunos potentes hooks y uppercuts conectados en cierto número, la pegada de Warrington no es su principal cualidad, por lo que Amagasa se recuperaría cada vez. Incluso cuando parecía que iba a ceder de una forma más evidente el visitante resistiría con directos y hooks desesperados que llegaron en una ocasión a estremecer ligeramente a su oponente. De este modo, oscilando el combate entre la toma de la iniciativa entre ambos contendientes, los asaltos tendieron a hacerse a la larga más igualados, aspecto que favorecía en las tarjetas a Warrington: como éste era mucho más ordenado, veloz y preciso, además de más convencional, su trabajo se hacia mucho más evidente que el de un Amagasa que erraba un gran número de golpes y que basaba gran parte de sus posibilidades en puños aislados, sobre todo en hook.
Pese a la igualdad general (ya que en las tarjetas la victoria de Warrington era ya incontestable), en la recta final, y después de que en el octavo round Amagasa impactase algunos buenos ganchos abiertos, Warrington aumentaría su presión y su agresividad para imponerse claramente en los cruces de golpes, dominar en la larga con el 1-2 y el 2-1 cuando su rival amagaba con ceder y, por último, amenazar de forma evidente con desbordar. Tanto en el décimo como en el onceavo episodio Amagasa 30(20KO)-6(1)-2 sufrió dificultades más que notables, estando muy cerca de quedar totalmente desdibujado en las cuerdas tras recibir potentes ganchos zurdos. Pero del mismo modo, el resistente exretador mundial aguantaría e incluso cerraría con elevada combatividad en un duro doceavo episodio, tras el cual los jueces certificaron el triunfo de Josh Warrington 23(4KO)-0 por decisión unánime y tarjetas de 117-111 (que coincide con la de Bastión Boxeo), 118-111 y un ridículo 120-107. Resulta evidente que el combate de Warrington no fue precisamente el mejor de su carrera, pelea dificultada en enorme medida por las características de su oponente, pero al fin y al cabo enfrentando a su primer rival del top 15 supo adaptarse con mayor o menor eficiencia y terminar por realizar el suficiente trabajo como para no dejar escapar la mayoría de rounds.
Sea como sea, aunque es un boxeador de innegables cualidades pese a su gran sobriedad, quizás Warrington no esté preparado para medirse a un campeón mundial aún siendo su posición la de 2º WBC. Puede que si se materializase un deseado combate en las Islas Británicas ante el monarca Lee Selby (el más flojo de los actuales campeones de la división), Warrington pudiese igualar totalmente las acciones e incluso imponerse en virtud de los excesivos descuidos defensivos de su oponente, siendo pocos los fallos que él mismo comete. De todos modos, parece más que necesario que Warrington, en el tiempo que tiene hasta que el titular Russell enfrente a su retador mandatorio Óscar Escandón y quede libre el puesto de aspirante obligatorio de 2017, siga enfrentando a rivales de elevado nivel o incluso de la élite para pulir sus defectos y maximizar sus posibilidades de éxito en el futuro campeonato, que hoy por hoy no son suficientes.
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